Especial 20 Aniversario

La empanada gallega de atún que siempre triunfa: la receta de la masa casera que la hace única

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La empanada gallega es, sin lugar a dudas, uno de los grandes tótems de la gastronomía española, un emblema culinario que trasciende fronteras y que evoca inmediatamente imágenes de fiestas populares, reuniones familiares y el sabor auténtico de una tierra con un patrimonio culinario riquísimo. Dentro de sus múltiples variantes, la de atún ostenta un reinado indiscutible en el gusto popular, posicionándose como la favorita en incontables hogares y celebraciones, un bocado que sabe a tradición y a éxito asegurado en cualquier mesa que se precie de buen comer.

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Existe, sin embargo, una versión concreta de esta joya de la cocina que se distingue por sus detalles, una fórmula que ha pasado de generación en generación, perfeccionándose en el silencio de las cocinas hasta alcanzar una maestría singular. No se trata solo de una receta más de empanada gallega de atún, sino de esa receta que consigue que el resultado final sea extraordinariamente jugoso, con una masa que es pura poesía, y que eleva el acto de comer una simple ración a una experiencia memorable que explica perfectamente por qué siempre triunfa.

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EL SECRETO ESTÁ EN LA MASA: LA TEXTURA PERFECTA DE LA EMPANADA GALLEGA

Fuente: Freepik

Hablar de una gran empanada gallega y no detenerse a alabar su masa sería un sacrilegio culinario, ya que es, sin duda, la mitad del alma de este plato icónico y a menudo la característica que diferencia una buena empanada de una sublime. Mientras que un relleno sabroso es fundamental para el éxito, una masa insípida, seca o con una textura inadecuada puede arruinar por completo la experiencia gastronómica, dejando al comensal con una sensación de decepción, como si le hubieran presentado una joya engarzada en un metal barato, perdiendo todo el potencial que el relleno podría ofrecer si estuviera envuelto en la capa perfecta. La masa debe ser lo suficientemente consistente para contener el relleno sin romperse, pero a la vez tierna y ligeramente hojaldrada, con un sabor propio que complemente, no que enmascare, los ingredientes del interior, aportando una complejidad textural y gustativa indispensable.

La clave para lograr esta masa perfecta no reside en ingredientes exóticos ni en técnicas complicadas, sino en la calidad de los productos básicos y en el cariño y la paciencia puestos en su elaboración. Una masa casera, hecha con ingredientes sencillos pero bien elegidos, aporta esa calidez y ese sabor artesanal que las masas industriales rara vez pueden replicar, marcando una diferencia abismal en el resultado final y elevando la empanada gallega de atún a una categoría superior, digna de los paladares más exigentes y capaz de evocar esos recuerdos de las empanadas hechas por nuestras abuelas o madres en ocasiones especiales, llenas de ese amor invisible que se hornea junto con la masa.

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