A diario, miles de personas abren un sobre de comida o sirven un puñado de croquetas en el cuenco de su perro o gato, confiando en que esa porción será suficiente para garantizar una alimentación completa. Y aunque en muchos casos lo es, cada vez son más los dueños que desean ofrecer a su mascota algo más: alimentos frescos, naturales y llenos de sabor que complementen su dieta diaria. Pero, ¿qué tan seguro es hacerlo?
El debate sobre qué pueden y qué no pueden comer nuestras mascotas va más allá de los antojos o el cariño. Incluir productos frescos en la alimentación de perros y gatos puede ser una buena idea, siempre que se haga con conocimiento. De lo contrario, podría derivar en graves problemas de salud. En este artículo te explicaremos que debes tener en cuenta a la hora de elegir la mejor alimentación para tu mascota.
3Alimentos prohibidos para los gatos

Aunque algunos alimentos pueden parecer inofensivos, ciertos productos comunes resultan peligrosos para los gatos. Los lácteos, pese al estereotipo del gato bebiendo leche, suelen causarles problemas digestivos. Lo mismo ocurre con los cítricos como la naranja, cuya acidez irrita su sistema digestivo. Cereales, pan y dulces tampoco son recomendables: aportan calorías vacías sin valor nutritivo. Incluso las setas, aparentemente inofensivas, pueden ser tóxicas en pequeñas cantidades.
Ofrecer estos alimentos —ya sea por desconocimiento o con buena intención— puede provocar graves consecuencias en la salud de los gatos. Desde intoxicaciones hasta daños en órganos internos, los riesgos son reales. Por eso, la recomendación es firme: ante la duda, es mejor no ofrecerles nada fuera de su dieta específica. La prevención, en este caso, puede marcar la diferencia entre una mascota sana y una urgencia veterinaria.