A veces, lo más revolucionario no es nuevo, sino redescubierto. En el universo de los alimentos fermentados, donde el yogur y el kéfir han reinado durante décadas por sus beneficios digestivos, una alternativa ancestral empieza a pisar fuerte: el tempeh. Este alimento de origen indonesio no solo ofrece una potente dosis de proteínas vegetales, sino que también se ha ganado el respeto de nutricionistas y médicos por su efecto positivo sobre el sistema digestivo y la microbiota intestinal.
En un contexto en el que la hinchazón abdominal, las intolerancias y los problemas digestivos están en aumento, cada vez más personas buscan alimentos que sean funcionales, naturales y, por qué no, sabrosos. El tempeh se convierte así en mucho más que una moda: es una respuesta concreta a una necesidad real.
1¿Qué es el tempeh y por qué los expertos lo están recomendando cada vez más?

Originario de Indonesia y consumido desde hace más de mil años, el tempeh es un alimento elaborado a base de soja fermentada mediante un hongo llamado Rhizopus oligosporus. A simple vista, se trata de un bloque compacto de color claro, con una textura firme y un sabor ligeramente terroso y a nuez. Pero detrás de esa apariencia discreta, se esconde una auténtica joya nutricional.
A diferencia del tofu, que se obtiene coagulando la leche de soja, el tempeh conserva el grano entero y lo somete a un proceso de fermentación natural que transforma por completo sus propiedades. La fermentación rompe las moléculas complejas, reduce antinutrientes como los fitatos y favorece la biodisponibilidad de minerales clave como el hierro, el calcio y el zinc.
Un estudio reciente publicado en la Revista de Biotecnología Aplicada reveló que el tempeh tiene una capacidad superior para facilitar la absorción de aminoácidos esenciales y minerales, en comparación con otros productos vegetales. Esto lo convierte en un alimento ideal para quienes tienen digestiones difíciles o siguen una dieta vegana o vegetariana.