Cada año nos encontramos con numerosos incendios que en algunos casos son fruto de accidentes involuntarios o factures naturales, pero en la gran mayoría son causas humanas, incluyendo quemas agrícolas no controladas, abandono de colillas u hogueras mal apagadas, sin olvidar el vandalismo o la provocación de incendios de forma deliberada.
Habitualmente asociamos el fuego a algo negativo y perjudicial para nuestros bosques y el planeta, sobre todo por el impacto que tiene para la flora y fauna. Sin embargo, gran parte de la población desconoce que no todos son malos e incluso pueden llegar a beneficiar a los bosques, aunque para ello deben darse una serie de condiciones y, por supuesto, estar debidamente controlados.
1NO TODOS LOS INCENDIOS SON PERJUDICIALES

Desde hace millones de años el fuego y los incendios son parte de la naturaleza, a pesar de que en la sociedad actual se pueda entender como el gran enemigo de los bosques y los animales. No hay que olvidar que para nuestros ancestros el dominio del fuego fue uno de sus grandes avances, clave para la civilización y para el aprovechamiento de los recursos.
En los tiempos actuales, la lucha contra los incendios forestales (a menudo provocados) ha llevado a un punto en el que se han olvidado por completo los beneficios que puede tener un fuego usado de la forma correcta. Los expertos lo consideran un grave error, y es que las quemas prescritas son claves dentro de una adecuada gestión forestal.