Especial 20 Aniversario

La alimentación puede mejorar el bienestar emocional y mental durante la estación más vital del año

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Con la llegada del verano, los días se hacen más largos, el cuerpo se relaja y las emociones florecen. Es un momento ideal para reconectar con lo que nos hace bien, tanto por dentro como por fuera. Y aunque el sol y el aire libre parecen ser protagonistas indiscutibles, hay un factor silencioso que también influye en nuestro ánimo: la alimentación.

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Sí, lo que comemos puede marcar la diferencia entre un verano lleno de vitalidad y otro sin energía ni motivación. Por eso, es importante saber qué tipo de alimentación ayuda a fortalecer el equilibrio emocional, combatir el estrés y potenciar la alegría de vivir. A continuación, te contaremos cuáles son y por qué deberías incluirlos en tu mesa estival.

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Alimentación saludable: frutas, verduras y la ciencia del optimismo

Alimentación saludable: frutas, verduras y la ciencia del optimismo
Fuente: Agencias

Pocas cosas evocan tanto al verano como una ensalada fresca o una fruta jugosa al sol. Pero más allá de lo refrescante, frutas y verduras tienen un efecto directo sobre la mente. Según una revisión científica publicada en la revista Nutrients, comer más vegetales —especialmente los de hoja verde, las bayas y los cítricos— puede reducir el estrés y favorecer el optimismo.

Este vínculo entre una buena alimentación vegetal y la salud mental se apoya en varios estudios. Uno de ellos, desarrollado durante 15 años en Australia y difundido en el European Journal of Nutrition, comprobó que las mujeres jóvenes que consumieron más frutas y verduras presentaron un menor riesgo de experimentar síntomas depresivos.

La explicación está en los nutrientes: vitaminas antioxidantes, polifenoles, minerales esenciales y fibra que alimentan no solo el cuerpo, sino también el cerebro. Además, la alimentación rica en vegetales favorece el buen funcionamiento del microbioma intestinal, que se ha demostrado tiene un rol clave en la regulación emocional y cognitiva.

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La Organización Mundial de la Salud, en línea con estos estudios, recomienda consumir al menos 400 gramos diarios de frutas y verduras, lo que equivale a cinco porciones al día. Un gesto simple que, en vacaciones, se vuelve aún más fácil y placentero de cumplir.

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