Las redes sociales se han convertido en un escenario habitual en la vida de los adolescentes. Lo que comenzó como un espacio de entretenimiento, se ha transformado en una fuente constante de tendencias, desafíos y, en muchos casos, modelos de comportamiento. Pero no todo lo que se comparte es inofensivo. Algunos contenidos, como las dietas y retos, pueden poner en riesgo la salud física y emocional de quienes los imitan.
Una de las tendencias más preocupantes de los últimos meses es la llamada “dieta Disney”, un reto viral que ya ha generado alarma entre pediatras, nutricionistas y psiquiatras. El fenómeno, aparentemente ingenuo, invita a las jóvenes a imitar el patrón alimenticio de una princesa diferente cada día. Pero detrás del juego, se esconde una dinámica peligrosa que ha derivado en trastornos alimentarios graves en miles de adolescentes.
5El papel de las familias, los colegios y la sociedad

Frente a esta situación, es fundamental que las familias mantengan una comunicación abierta con sus hijos e hijas. Detectar a tiempo los cambios de comportamiento, los silencios o las evasivas puede ser clave para prevenir un trastorno alimentario.
Además, los colegios también juegan un rol central. Incluir contenidos sobre educación nutricional, autoestima, pensamiento crítico y uso responsable de redes sociales no es opcional, sino necesario. En muchos centros educativos, ya se trabaja en este sentido, pero la prevención debe ir más allá de un taller puntual.