Las redes sociales se han convertido en un escenario habitual en la vida de los adolescentes. Lo que comenzó como un espacio de entretenimiento, se ha transformado en una fuente constante de tendencias, desafíos y, en muchos casos, modelos de comportamiento. Pero no todo lo que se comparte es inofensivo. Algunos contenidos, como las dietas y retos, pueden poner en riesgo la salud física y emocional de quienes los imitan.
Una de las tendencias más preocupantes de los últimos meses es la llamada “dieta Disney”, un reto viral que ya ha generado alarma entre pediatras, nutricionistas y psiquiatras. El fenómeno, aparentemente ingenuo, invita a las jóvenes a imitar el patrón alimenticio de una princesa diferente cada día. Pero detrás del juego, se esconde una dinámica peligrosa que ha derivado en trastornos alimentarios graves en miles de adolescentes.
3Princesas y peligros: el menú de la obsesión

Uno de los elementos más llamativos —y preocupantes— de esta dieta es cómo se ha estructurado cada día en torno a una princesa icónica. A continuación, repasamos algunos ejemplos extraídos del propio reto que circula por redes como TikTok o Instagram:
- La Sirenita: Solo se permite consumir agua durante todo el día. Esto provoca una ausencia total de calorías, genera debilidad extrema y puede causar desmayos, arritmias e incluso hospitalizaciones si se prolonga.
- Pocahontas: La consigna es comer únicamente alimentos crudos. Aunque los vegetales en crudo son saludables, eliminar la cocción de proteínas animales impide la correcta absorción de nutrientes como el hierro o el zinc, fundamentales en la adolescencia.
- Blancanieves: Comer solo una manzana. Esta fruta, aunque rica en fibra y vitamina C, no puede cubrir las necesidades nutricionales de un organismo en desarrollo.
- Cenicienta: Comer únicamente hasta las 12 del mediodía. Aquí se juega con el concepto del ayuno intermitente, pero de forma radical y sin supervisión. El resultado es un déficit calórico severo que afecta al rendimiento físico y mental.
- Bella: Beber té para evitar el hambre. Muchos de estos tés poseen efectos diuréticos que pueden llevar a una deshidratación importante. Además, sustituyen comidas que deberían aportar nutrientes fundamentales.
- Rapunzel: Ingerir vinagre de manzana en ayunas y beber solo agua. Esta práctica, además de carecer de respaldo científico, puede causar irritaciones gástricas, malestar digestivo e incluso desequilibrios metabólicos.
Ninguna de estas prácticas puede considerarse una dieta equilibrada. Todas, en mayor o menor medida, suponen una agresión al cuerpo, especialmente en una etapa de crecimiento como la adolescencia. Y el problema es que estas “dieta de princesas” se presentan como un juego, ocultando el verdadero riesgo que implican.