Dulce, jugosa y profundamente refrescante, la sandía es la reina indiscutible del verano. Durante los meses más calurosos, se convierte en una compañera infaltable en hogares, picnics y mesas familiares de toda España. Pero no todas las sandías son iguales, y saber elegir una en su punto justo puede marcar la diferencia entre una experiencia deliciosa o una decepción insípida.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha compartido una guía completa para ayudarte a elegir la mejor sandía del supermercado o frutería. Basada en criterios sencillos, pero muy efectivos, esta serie de recomendaciones permite distinguir aquellas frutas que están maduras, frescas y listas para consumir, de otras que aún necesitan tiempo o ya han pasado su mejor momento.
4Imperfecciones en la piel: lo que no debe preocuparte

Es común pensar que una sandía perfecta debe tener una piel impecable. Pero esta es una idea equivocada. Según explica la OCU, ciertas marcas en la superficie no solo no representan un problema, sino que pueden ser una señal de calidad.
Por ejemplo, las manchas claras en un lateral, conocidas como “manchas de tierra”, indican que la fruta estuvo apoyada sobre el suelo durante su maduración. Este contacto no perjudica su sabor ni su calidad nutricional. Al contrario, suele ser un signo de que la sandía ha madurado de forma natural. Lo que sí conviene evitar son las grietas profundas, los cortes visibles o los golpes evidentes, especialmente si presentan humedad o zonas blandas. En esos casos, podría haber un deterioro interno o un riesgo de contaminación.