Joan García ya habla como nuevo portero del FC Barcelona y lo hace con la franqueza que lo caracteriza. En su primera entrevista como futbolista culé, el arquero catalán confesó que su decisión de fichar por el Barça no fue fácil. Estuvo atravesada por una mezcla de sentimientos, pero también por la seguridad de estar dando un paso firme en su carrera.
El exjugador del Espanyol se mostró ilusionado con sumarse a un proyecto que considera ambicioso, bien estructurado y con el potencial de pelear por todo. Aunque su fichaje generó controversia, Joan García tiene claro que su determinación fue tomada con plena conciencia y con la intención de crecer en el máximo nivel del fútbol mundial.
El cambio de camiseta, sin embargo, no fue un simple trámite. El guardameta de Sallent mantiene un lazo emocional con el club periquito, lo que hizo que el proceso estuviera cargado de emociones. Aun así, aseguró sentirse tranquilo con la decisión tomada, la cual conversó largamente con su entorno más cercano. Asume el reto con madurez, sabiendo que defender el arco del Camp Nou implica exigencia, pero también una enorme oportunidad.
Una elección meditada y cargada de emociones para Joan García
Los días posteriores al final de temporada no fueron fáciles para Joan García. Sabía cuál era su futuro, pero no quiso desviar el foco mientras el Espanyol luchaba por sus objetivos. Una vez terminada la campaña, se permitió tomar esa decisión que sabía iba a generar reacciones encontradas, sobre todo entre la afición blanquiazul.
El propio jugador deja claro que su salida no fue una traición, sino una necesidad personal y profesional. “Era un paso que tenía que dar”, explicó. Lo convenció la ambición del proyecto azulgrana, su estructura consolidada y el valor de seguir en casa, cerca de su gente. Para él, el FC Barcelona reúne todos los elementos para competir al más alto nivel, y quiere formar parte de ese camino.
Consciente del peso que representa cambiar de bando en una rivalidad histórica, Joan García se ha mostrado respetuoso con su pasado, pero también entusiasta con su presente. Su discurso no busca justificar, sino compartir con honestidad el proceso vivido. “Lo pensé mucho, hablé con mi familia y con las personas que me quieren. Sentí que era el momento”, aseguró con serenidad.
Ilusión por integrarse a un vestuario joven y competitivo
Desde que firmó su contrato, Joan García se visualiza entrenando en la Ciutat Esportiva, poniéndose los guantes y adaptándose a la exigencia diaria que impone un club como el Barça. Le entusiasma la juventud del vestuario, convencido de que esa energía y frescura lo ayudarán a adaptarse rápidamente al grupo que comanda Hansi Flick.
Joan García ya conoce a algunos de sus nuevos compañeros, lo que le da confianza para encontrar pronto su lugar dentro del vestuario. Además, se mostró abierto a la competencia interna en la portería. No ve rivales, sino colegas con los que espera establecer una buena convivencia profesional. Para él, la competencia bien entendida eleva el nivel colectivo.
Sabe que ganarse un puesto en el once titular no será tarea sencilla, pero promete trabajo, esfuerzo y preparación. “Estaré listo para cuando me toque. Esa decisión es del entrenador, pero yo voy a darlo todo”, afirmó. Su mensaje es que quiere sumar desde el primer día y aportar su granito de arena a un equipo que apunta alto.
