Cambiar la forma en que comemos no tiene por qué ser sinónimo de sufrimiento. Según la doctora Trisha Pasricha, médica y docente de la Universidad de Harvard, los verdaderos cambios se logran cuando son progresivos, sostenidos y realistas. Por eso, compartió un conjunto de consejos basados en evidencia científica que prometen transformar la relación con las alimentación sin necesidad de dietas extremas.
En lugar de imponer restricciones abruptas, la especialista propone modificaciones pequeñas pero consistentes, que permiten mejorar la salud digestiva, prevenir enfermedades y mantener el bienestar general a largo plazo. Su enfoque de alimentación está pensado para quienes buscan resultados duraderos y no soluciones temporales.
1Todo cambio sostenible en la alimentación empieza poco a poco

Uno de los errores más comunes al intentar adoptar una alimentación más saludable es creer que debemos cambiarlo todo de un día para el otro. Pero, como bien explica la doctora Pasricha, ese tipo de transformaciones drásticas suele ser contraproducente. En cambio, apuesta por la incorporación gradual de opciones más saludables a la rutina diaria.
Este enfoque permite que el cuerpo, el paladar y la mente se vayan adaptando de forma natural. Lo que en un principio puede parecer una obligación, con el tiempo se convierte en un hábito automático. Y es allí donde radica el verdadero éxito de esta alimentación saludable. Según sus estudios, una modificación sostenida en el tiempo genera efectos más profundos que cualquier dieta rápida.
La clave, entonces, no está en eliminar alimentos de golpe, sino en ir reemplazándolos paulatinamente por otros con mayor valor nutricional. Esto no solo facilita el proceso, sino que lo hace más amable y accesible para todo el mundo. Y es por eso que la científica destaca que, en cuestiones de alimentación, el paso a paso siempre rinde mejores frutos.