Hay ingredientes que, sin hacer demasiado ruido, se han convertido en pilares fundamentales de nuestra alimentación diaria. Tal es el caso del aceite de oliva y el vinagre de manzana. Ambos están presentes en la mayoría de nuestras cocinas y, aunque suelen compartir protagonismo en ensaladas y otras recetas, sus efectos en el cuerpo humano no son exactamente los mismos.
Durante los últimos años, diversos estudios científicos han analizado sus propiedades nutricionales con un enfoque comparativo. A partir de esa investigación, se han desprendido conclusiones interesantes que vale la pena conocer antes de decidir cuál de los dos se adapta mejor a nuestras necesidades. En este artículo te contaremos que diferencias nutricionales hay entre el aceite de oliva y el vinagre de manzana.
3Vinagre de manzana: ¿realidad o mito?

El vinagre de manzana, por su parte, ha sido protagonista de un sinfín de tendencias en redes sociales y dietas milagrosas. Pero ¿qué tanto de eso es cierto? Según MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, este vinagre se elabora a partir de jugo de manzana fermentado y contiene ácido acético, así como pequeñas cantidades de vitaminas B y C.
Su uso tradicional abarca desde aliviar molestias digestivas hasta mejorar el aspecto del cabello, pero lo que ha despertado mayor interés científico es su supuesto impacto en los niveles de glucosa. Algunos estudios preliminares han sugerido que podría ayudar a reducir la glucemia postprandial, es decir, el azúcar en sangre después de comer.
Así lo confirmó también el University of Pittsburgh Medical Center (UPMC), donde se planteó que el ácido acético del vinagre de manzana podría mejorar la respuesta de la insulina y ralentizar el vaciamiento gástrico. Sin embargo, el mismo centro dejó claro que “la mayoría de estos estudios se han hecho en grupos pequeños” y que aún se necesita más evidencia para confirmar esos efectos.