El cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, que todavía no es un hecho, está pendiente de aprobación definitiva por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, y podría tener repercusiones económicas inmediatas para España. ¿Qué está pasando entre Irán e Israel? En los últimos días, el conflicto entre Irán e Israel ha alcanzado un nuevo pico, empujando al mundo a observar con detalle y preocupación los efectos colaterales de una situación de escala potencialmente global.
La reciente ofensiva israelí sobre instalaciones diplomáticas en Siria, que provocó la muerte de altos mandos iraníes, generó una respuesta directa por parte de Irán con el lanzamiento de misiles sobre territorio israelí. El día sábado, Estados Unidos, en respaldo a Israel, bombardeó instalaciones nucleares iraníes, una acción inédita que ha elevado el conflicto a niveles nunca antes considerados. En respuesta al ataque, el Parlamento iraní ha votado a favor de cerrar el Estrecho de Ormuz, una medida que, de llevarse a cabo, afectará de forma inmediata al comercio mundial de petróleo y gas. Este escenario geopolítico ya está teniendo efectos en la economía global, y España no es una excepción.
En un contexto marcado por la tensión del conflicto entre Israel, Irán y la intervención militar de Estados Unidos, el impacto inicial en el mercado energético global ya comienza a sentirse. Los expertos en economía mundial ya anticipan una subida importante del precio del crudo y un efecto dominó que alcanzará, inevitablemente, al consumidor español.
3Impacto en el bolsillo del consumidor español

España es importador de petróleo, principalmente desde Estados Unidos, Nigeria, México y Arabia Saudí. Sin embargo, una alteración del suministro global generaría un efecto en cadena que encarece los precios para todos. La subida del petróleo y del gas provocaría un alza en los precios del diésel y la gasolina en los próximos días, especialmente si la incertidumbre continúa.
En esta misma línea, el incremento del precio del transporte afectaría directamente a sectores como la logística y la distribución de bienes y servicios. Además, podría acelerarse la inflación en el país, especialmente en productos esenciales. En paralelo, la electricidad también puede encarecerse por la dependencia parcial del gas natural en la generación de energía, lo que impactaría tremendamente a hogares y empresas, sobre todo, ahora en verano, cuando hay mayor consumo eléctrico.