Durante los últimos años, el lenguaje alimentario ha girado en torno a un único concepto que se ha instalado tanto en los estantes del supermercado como en las conversaciones de quienes buscan una vida más sana: la proteína. Este nutriente, tan asociado al universo del fitness, ha conquistado a los deportistas amateurs, pero su verdadero poder va mucho más allá del músculo esculpido. En realidad, es una necesidad nutricional que todos deberíamos considerar con mayor atención, incluso quienes no pisan un gimnasio.
En una sociedad envejecida y con hábitos alimenticios cada vez más procesados, el rol de la proteína se torna esencial para mantener la masa muscular, proteger el metabolismo y garantizar una buena calidad de vida. Y aunque la carne y el huevo siguen siendo referentes clásicos, hay un alimento cotidiano que podría marcar la diferencia: el yogur.
1Yogur con proteína: el aliado inesperado para cuidar los músculos

Cuando hablamos de proteína, muchos piensan inmediatamente en un filete de pollo o en claras de huevo revueltas. Sin embargo, hay un alimento que solemos tener en la nevera sin saber el tesoro que esconde: el yogur. Según un estudio publicado recientemente, su consumo regular puede tener un efecto directo en la mejora y el mantenimiento de la masa muscular en adultos mayores.
La investigación demuestra que los yogures altos en proteína —con contenidos que oscilan entre los 4 y los 20 gramos por porción, dependiendo de la marca y la variedad— son una herramienta accesible y efectiva para prevenir la sarcopenia, una condición común en la vejez que se traduce en pérdida de fuerza y deterioro funcional.
Lo interesante es que este lácteo no solo es una fuente de proteína de alta calidad, sino que también aporta calcio, grasas saludables, vitaminas del grupo B y minerales. Es decir, convierte una simple merienda en una auténtica inversión para la salud.
Pero, ¿por qué es tan importante mantener la masa muscular incluso si no practicamos deporte con frecuencia? Porque los músculos son tejidos metabólicamente activos que ayudan a regular el azúcar en sangre, la presión arterial y la salud ósea. Además, cuanto más músculo tengamos, menor será el riesgo de fracturas, caídas o pérdida de autonomía en la edad adulta.