No es moda y no es magia, es ciencia: ¿Por qué este alimento te ayuda a vivir mucho más?

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Pocas veces un cambio tan simple en la dieta ha sido tan poderoso. Comer alimentos con más fibra —sí, esa que suele pasar desapercibida entre modas alimentarias y promesas exprés de adelgazamiento— podría ser una de las decisiones más inteligentes que una persona pueda tomar para vivir más, y mejor.

A lo largo de las últimas décadas, la ciencia ha intentado descifrar qué nos permite envejecer bien. Ahora, un estudio publicado recientemente en JAMA Network Open ofrece una respuesta tan contundente como esperanzadora: una dieta rica en alimentos con fibra y carbohidratos de alta calidad no solo reduce el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer o las dolencias cardiovasculares, sino que también favorece un envejecimiento saludable y prolongado. En este artículo, te contaremos cuáles son los alimentos que te ayudarán a envejecer de la mejor forma.

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La calidad de los carbohidratos: una decisión diaria con impacto a largo plazo

Conclusión: diversificar es la clave para una alimentación más saludable
Fuente: Agencias

La distinción entre carbohidratos buenos y malos ya no es solo cosa de nutricionistas. Según los expertos, entender esta diferencia puede transformar nuestro futuro. La doctora Liliana Papalia, en una entrevista con Infobae, lo explicó con claridad: los carbohidratos se dividen en simples y complejos. Los simples —azúcares, jugos, harinas refinadas— provocan picos de glucosa que a la larga alteran la energía, promueven la inflamación y elevan el riesgo de enfermedades metabólicas. Los complejos, en cambio, se absorben lentamente, brindan saciedad y estabilidad, y alimentan positivamente a la microbiota intestinal.

“La fibra es la clave”, asegura. “Los carbohidratos de alta calidad no solo aportan energía sostenida, sino también antioxidantes y compuestos bioactivos que protegen contra el envejecimiento celular y la inflamación crónica”. Y esto no se limita a evitar enfermedades. Estos nutrientes ayudan a mantener la función cognitiva, la salud emocional y hasta una microbiota intestinal sana, algo que —como hoy se sabe— está estrechamente vinculado al bienestar general.

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