En los últimos años, la ciencia ha reforzado lo que muchos intuían: lo que comemos puede ser decisivo para nuestra salud. Hoy, cada bocado importa. Y entre los alimentos más cotidianos, hay uno que despierta una preocupación particular entre los expertos: el pan blanco. Según el profesor Frank Hu, de la Universidad de Harvard, este alimento habitual puede ser más perjudicial de lo que imaginamos.
Aunque el pan blanco suele estar presente en la mesa de muchos hogares, su composición refinada lo convierte en un potencial aliado de la inflamación crónica, una condición silenciosa, pero de enorme impacto en enfermedades graves. ¿Por qué este alimento tan común debería preocuparnos? ¿Y cómo podemos protegernos sin renunciar al placer de comer?
2La inflamación crónica: el enemigo silencioso de la salud
La inflamación es un proceso natural del cuerpo. Es la forma en que nuestro organismo reacciona frente a una amenaza, como una infección o una herida. Sin embargo, cuando esta inflamación no se resuelve, y persiste de manera leve pero constante, se convierte en un riesgo silencioso y acumulativo.
Este tipo de inflamación no se manifiesta con fiebre ni enrojecimiento, pero va dañando los tejidos poco a poco. El sistema inmune permanece en una especie de “alerta baja”, liberando pequeñas cantidades de sustancias inflamatorias que, con el tiempo, afectan órganos vitales.
Según Hu, ciertos alimentos pueden actuar como desencadenantes de esta inflamación crónica. El pan blanco, por su perfil glucémico alto y su escaso aporte de fibra, favorece estos procesos, al igual que otros productos ultraprocesados. Su consumo habitual no solo altera la respuesta metabólica, sino que también afecta la microbiota intestinal, un ecosistema clave para el control de la inflamación.
El problema se agrava cuando el pan blanco se convierte en un alimento básico, repetido en desayunos, almuerzos y meriendas, desplazando opciones más saludables. La solución no pasa por prohibir su consumo de manera radical, pero sí por comprender su impacto y moderarlo inteligentemente.





