En los últimos años, la ciencia ha reforzado lo que muchos intuían: lo que comemos puede ser decisivo para nuestra salud. Hoy, cada bocado importa. Y entre los alimentos más cotidianos, hay uno que despierta una preocupación particular entre los expertos: el pan blanco. Según el profesor Frank Hu, de la Universidad de Harvard, este alimento habitual puede ser más perjudicial de lo que imaginamos.
Aunque el pan blanco suele estar presente en la mesa de muchos hogares, su composición refinada lo convierte en un potencial aliado de la inflamación crónica, una condición silenciosa, pero de enorme impacto en enfermedades graves. ¿Por qué este alimento tan común debería preocuparnos? ¿Y cómo podemos protegernos sin renunciar al placer de comer?