La seguridad en carretera sigue siendo una prioridad ineludible para las autoridades de Europa y la Dirección General de Tráfico (DGT). Y en esta constante búsqueda por reducir la siniestralidad y reforzar el cumplimiento de las normas, los radares se han consolidado como herramientas clave. Recientemente, un nuevo tipo de radar ha sido probado con éxito en varios países europeos y amenaza con cambiar las reglas del juego para siempre.
En este artículo, exploraremos el funcionamiento de estos dispositivos de última generación, su eficacia comprobada y la posibilidad de que la DGT los incorpore próximamente a las carreteras españolas. Según informaron, el objetivo no es castigar, sino salvar vidas. Y este avance tecnológico puede marcar un antes y un después.
5¿Se avecina un cambio en las carreteras españolas? Lo que podemos esperar

La instalación de radares bidireccionales en España aún no es oficial, pero fuentes internas de la DGT ya reconocen que se está estudiando su viabilidad técnica y presupuestaria. El modelo británico ha demostrado ser rentable: menos accidentes, más cumplimiento y sanciones más justificadas.
En el caso español, hay tramos especialmente peligrosos que podrían beneficiarse de esta tecnología, como las autovías de doble sentido sin separación física, las entradas y salidas de zonas urbanas o los conocidos “puntos negros” donde las estadísticas de siniestralidad no mejoran con el paso de los años.
Además, este tipo de radar también podría colaborar con otras herramientas de vigilancia que ya emplea la DGT, como el helicóptero Pegasus o las unidades de drones en áreas rurales. La combinación de tecnologías no solo hace más eficiente la detección, sino que permite una cobertura más amplia del territorio sin saturar el paisaje de dispositivos visibles.