La seguridad en carretera sigue siendo una prioridad ineludible para las autoridades de Europa y la Dirección General de Tráfico (DGT). Y en esta constante búsqueda por reducir la siniestralidad y reforzar el cumplimiento de las normas, los radares se han consolidado como herramientas clave. Recientemente, un nuevo tipo de radar ha sido probado con éxito en varios países europeos y amenaza con cambiar las reglas del juego para siempre.
En este artículo, exploraremos el funcionamiento de estos dispositivos de última generación, su eficacia comprobada y la posibilidad de que la DGT los incorpore próximamente a las carreteras españolas. Según informaron, el objetivo no es castigar, sino salvar vidas. Y este avance tecnológico puede marcar un antes y un después.
3Un éxito rotundo en el Reino Unido: 3.000 infracciones en 48 horas

El Reino Unido ha sido uno de los países que ha apostado con fuerza por este tipo de radar, y los resultados no han tardado en aparecer. Según se informó, en apenas dos días de funcionamiento, los nuevos dispositivos detectaron más de 3.000 infracciones de velocidad en tramos donde anteriormente operaban radares convencionales.
Lo llamativo es que muchos de esos vehículos circulaban confiados, probablemente acostumbrados a la ineficacia de los antiguos dispositivos. No contaban con que el nuevo sistema, más discreto y preciso, captaría cada exceso sin margen de error.
La noticia causó revuelo entre los conductores británicos, pero también ha servido como advertencia para los organismos de tráfico del continente. Y entre ellos, por supuesto, la DGT observa con atención.
Este nivel de precisión ha sido posible gracias a una combinación de tecnologías que incluye sensores térmicos, cámaras de alta resolución y un sistema de procesamiento de datos en tiempo real. La gran pregunta ahora es si esta inversión —que no es precisamente económica— podrá trasladarse a países como España, donde la extensión del territorio y la densidad vial suponen un reto logístico.