El ciclismo indoor o ciclo indoor es una actividad física muy popular, tanto en gimnasios como en casa. Consiste en pedalear en una bicicleta estática, generalmente al ritmo de la música y bajo la guía de un instructor. Muchas personas lo practican para mantenerse en forma, mejorar la salud cardiovascular o simplemente como una forma de liberar estrés.
Durante el verano, el calor y la humedad pueden influir en el rendimiento físico y en la experiencia general del ejercicio. Aunque el ciclismo indoor se realiza en espacios cerrados, no está completamente libre de los efectos del clima.
Por eso, es importante seguir ciertas recomendaciones para evitar molestias y problemas de salud. A continuación, te presentamos algunos consejos de expertos para que puedas seguir disfrutando del ciclismo indoor durante los meses más calurosos del año.
Consejos de expertos para disfrutar del ciclo indoor en verano
Los profesionales del deporte y del ciclo indoor ponen el foco en varios puntos clave, que has de tener en cuenta si tu intención es practicar ciclo indoor durante los meses más calurosos del año:
Lo fundamental es hidratarse de manera constante antes, durante y después del ejercicio. Uno de los principales retos al hacer ejercicio en verano es mantener una buena hidratación cuando el cuerpo se expone al calor, ya que suda más para regular la temperatura. En una clase de ciclismo indoor, donde el ritmo suele ser alto, se pierde mucho líquido a través del sudor.
Los expertos recomiendan comenzar bien hidratado, bebiendo agua al menos 30 minutos antes de la sesión. Durante la clase, es aconsejable tomar pequeños sorbos cada 10 o 15 minutos. Al finalizar, conviene seguir hidratándose para reponer los líquidos perdidos. En sesiones muy intensas, puede ser útil tomar bebidas isotónicas que ayuden a reponer sales minerales.
Debes asegurarte, además, de que donde practiques ciclo indoor haya una adecuada ventilación. Que el ciclismo indoor se practique en interiores no quiere decir que no se deba ventilar, ya que es fundamental para evitar el efecto invernadero y el aumento de las temperaturas en espacios cerrados. Y, en verano, pueden volverse calurosos y agobiantes si no cuentan con buena ventilación.
Por eso, es importante asegurarse de que el lugar donde se practica esté bien aireado. Si se hace en casa, se puede usar un ventilador o abrir ventanas para favorecer la circulación del aire. Algunos ciclistas incluso colocan ventiladores pequeños frente a la bicicleta para ayudar a reducir la sensación térmica.
También deberías tener en cuenta que es altamente aconsejable usar ropa técnica y transpirable. En verano, se recomienda llevar prendas deportivas transpirables, ligeras y que faciliten la evaporación del sudor. La ropa de algodón, aunque cómoda, retiene la humedad y puede generar incomodidad durante el ejercicio.
Existen camisetas, pantalones cortos y sujetadores deportivos diseñados específicamente para entrenamientos intensos. Estas prendas ayudan a mantener el cuerpo seco y a regular mejor la temperatura corporal.
Fíjate también en los horarios, ya que en verano hay horas en las que es recomendable no practicar ejercicio a causa de las altas temperaturas. Aunque el ciclismo indoor no depende directamente de la hora del día como los deportes al aire libre, el momento del entrenamiento también influye. Si se entrena en casa o en un lugar sin aire acondicionado, lo ideal es evitar las horas de más calor, que suelen ser entre las 12 del mediodía y las 5 de la tarde.
Ten en cuenta que, si quieres entrenar con tu bicicleta en lugar de con una estática, tienes alternativas para no exponerte al calor del exterior. Una de las mejores opciones en estos casos es usar rodillos para bicicletas ZYCLE, compatibles con un alto rango de bicicletas y que ofrecen las sensaciones más realistas sin necesidad de salir de casa.
Vigila también la alimentación. Lo que se come antes de una clase también influye en el rendimiento. Durante el verano, se recomienda no hacer ejercicio con el estómago lleno, pero tampoco en ayunas. Lo ideal es comer algo ligero, como un plátano, una media hora antes de empezar a entrenar.
Uno de los errores más comunes al entrenar en verano es no prestar atención a las señales del cuerpo. Recuerda que nadie mejor que tú conoce tu cuerpo, así que deberías hacer caso de las señales que te manda en lugar de centrarte sólo en dar el máximo.
El consejo de los especialistas es simple: si el cuerpo da señales de que algo no va bien, hay que parar. El descanso es parte del entrenamiento.
Por último, ojo con la resistencia. No te deberías venir demasiado arriba con la intensidad. Recuerda que ésta debe estar siempre ajustada a las necesidades de tu cuerpo, buscando el equilibrio entre esfuerzo y adaptación. De nada sirve que la resistencia esté en niveles máximos demasiado pronto si no vas a aguantar lo que dure tu sesión de ciclo indoor, así que adáptala sin miedo.