Especial 20 Aniversario

Rajada descomunal de Lewandowski contra su entrenador: no juega más

Robert Lewandowski ha sacudido los cimientos del fútbol polaco con unas declaraciones que nadie esperaba. El delantero del FC Barcelona ha anunciado que no volverá a vestir la camiseta de su país mientras Michal Probierz siga siendo el seleccionador. No fue una decisión impulsiva ni una crítica superficial.

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Lo que hizo el capitán histórico de Polonia fue abrir el corazón y exponer una situación que lo dejó “dolido y traicionado”. Todo empezó con una llamada que le cambió el día. Mientras estaba en casa, acostando a sus hijos, recibió una noticia que lo descolocó. Probierz le comunicaba que ya no sería más el capitán de la selección.

Lewandowski
Fuente: Agencias

Lewandowski no podía creerlo. No tanto por la decisión en sí, sino por la forma en que se le transmitió. Sin contexto, sin una charla previa, sin respeto por su recorrido ni por el momento personal en el que se encontraba.

El fin de una era en la selección polaca para Lewandowski

No hablamos de cualquier jugador. Lewandowski ha sido el emblema de la selección polaca durante más de una década. Lleva 17 años defendiendo los colores nacionales y 11 portando el brazalete de capitán. Su renuncia no es un capricho ni una pataleta. Es el resultado de una relación rota con el actual cuerpo técnico, que —según él— incumplió acuerdos que ya estaban establecidos.

Según el delantero, su ausencia en la última convocatoria internacional fue una decisión consensuada con Probierz. Sin embargo, después de que los medios pusieran el foco sobre su falta, la actitud del seleccionador cambió.

“Tengo la impresión de que el entrenador cedió a la presión”, disparó Lewandowski, dejando en claro que se sintió manipulado y expuesto. No es el brazalete lo que más le dolió, sino la falta de diálogo y el modo improvisado con el que se tomaron decisiones trascendentales.

Un mensaje directo y sin concesiones

Lejos de suavizar sus palabras, Lewandowski fue al grano. Aclaró que esto no se trata de una lucha de egos ni de una guerra interna. Remarcó que nunca ha tenido problemas con sus entrenadores anteriores y puso como ejemplo sus buenas relaciones con figuras como Jürgen Klopp o Pep Guardiola.

Desde su visión, el rol de un líder no pasa por imponer, sino por construir puentes dentro del grupo. Su intención siempre fue ayudar, sumar desde la experiencia y aportar al colectivo. Pero esta vez, siente que sus valores no fueron respetados.

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Incluso tuvo que salir a desmentir rumores que aseguraban que había cuestionado a sus compañeros tras el partido contra Malta. Negó rotundamente esa versión y explicó que sus intercambios fueron únicamente con el cuerpo técnico, como ya lo había hecho en otras ocasiones con distintos seleccionadores.

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