Las lentes de contacto son colocadas directamente sobre la córnea del ojo de aquellas personas que tienen algún tipo de problema de visión y mejorarla, como sucede cuando se deben corregir errores de refacción, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo.
También conocidas como lentillas, son la opción a la que recurren muchas personas que prefieren evitar el uso de gafas en su día a día, ya sea por comodidad o por estética. A pesar de que cumplen perfectamente con su cometido, la ciencia ha avanzado hasta crear unas lentes de contacto que permiten ver con los ojos cerrados y en la oscuridad.
3LAS LENTES DE CONTACTO INFRARROJAS NO NECESITAN DE FUENTE DE ALIMENTACIÓN

Mientras que hay quién se pregunta si es mejor usar lentes de contacto o gafas, este invento supone un gran hallazgo, tal y como apuntan los autores del estudio publicado en la revista Cell, donde destacan que, a diferencia de lo que sucede con las gafas de visión nocturna infrarroja, estas no necesitan de una fuente de alimentación.
De esta forma, son capaces de percibir multitud de longitudes de onda infrarrojas, además de que, como ya hemos mencionado, permite ver al mismo tiempo la luz visible y la infrarroja. Esta última se percibe mejor cuando los ojos se mantienen cerradas.