Este lunes 26 de mayo podremos disfrutar en HBO Max del último episodio de la segunda temporada de The Last of Us, que en esta ocasión recorta su extensión respecto a la temporada inicial. La ficción completa su segunda parte en solo siete episodios, finalizando tan solo un mes y medio después de la emisión del primer capítulo el 14 de abril.
Pero, aunque la recepción general es positiva, lo cierto es que es precisamente en este primer capítulo donde The Last of Us destruye todo lo conseguido por el videojuego desarrollado por Naughty Dog para PlayStation, la obra original en la que se basa. A estas alturas, todos sabemos el suceso que ocurre y marca toda la segunda temporada, así que podemos permitirnos alguna licencia en forma de spoiler para tratar esta problemática en la que buena parte de críticos -entre los que me incluyo- coinciden.
Y es que, si no recuerdas mal, nada más dar comienzo el primer episodio, la serie nos descubre quién es el personaje de Abby y cuáles son sus intenciones. Una decisión que puede parecer lógica a la hora de trasladar la narrativa de un videojuego al formato de la televisión y las plataformas de streaming, pero que echa por tierra la gran sorpresa con la que nos topamos con el mando en la mano en The Last of Us: Parte II allá por 2020.
Pese a que el trabajo principal de adaptación corre a cargo de los mismos responsables, los showrunners Craig Mazin (conocido por Chernobyl) y Neil Druckmann (director de la saga de videojuegos), resulta difícil entender cómo tomaron la iniciativa de desvelar desde el inicio la principal motivación de un personaje nuevo tan importante para la franquicia. Sí, lo que hace Abby impacta en el espectador de manera fuerte igualmente, y conserva esa parte de «momento inesperado», pero es mucho menos efectivo por robarnos la sorpresa del momento. En el juego no sabíamos qué iba a hacer esa persona hasta que lo hace; en la serie, nos lo dicen a la cara desde el primer minuto de la temporada.

Es incomprensible renunciar a algo tan potente, más cuando resulta el momento más crucial de toda la segunda parte de la historia. Sí, la serie no cuenta con la ventaja de The Last of Us: Parte II de tenerte decenas de horas a los mandos, empatizando con un personaje para acabar intentando entender las motivaciones que provocan tu enfado, pero no creo que hablándole al espectador tan claro desde el primer momento hayan logrado apaciguar las aguas en este respecto.
De hecho, uno de los principales puntos fuertes del juego es no entender parte de lo que está ocurriendo hasta que llega el punto en el que las piezas encajan. El videojuego no solo esconde las intenciones de Abby, sino que te oculta si los personajes saben unas cosas u otras. Además, el misterio genera preguntas, y la tiene pregunta mucho menos al espectador de lo que responde.
El problema de tono evidente de la temporada 2 de The Last of Us
A todo ello se le une el grave problema de tono que tiene la segunda temporada de The Last of Us, centrado principalmente en el personaje de Ellie, interpretado por Bella Ramsey. Hay muy poco de la Ellie del videojuego en la segunda temporada. Ramsey bordó el carácter al que da vida la fantástica Ashley Johnson en PlayStation, pero no ha sido capaz de entender el cambio radical que se le aplica en la Parte II.
Es como si a la Ellie de la temporada 1 la hayan trasladado directamente a la temporada 2, sin tener en cuenta que han pasado unos años y el personaje no solo se ha hecho mayor, sino que el suceso trágico que le ocurre cambia por completo su vida y su actitud ante la misma.
Y es que tampoco se explica que, tras el suceso chocante del segundo capítulo, en la serie hagan que Ellie haya tenido que pasar meses de recuperación para finalmente salir de Jackson y cumplir su objetivo. En el juego era inmediato, y entendías que su locura lo fuera porque no había podido pararse ni un minuto a pensar en lo que estaba haciendo.
Es como si a la Ellie de la temporada 1 la hayan trasladado directamente a la 2
La Ellie de The Last of Us: Parte II se parte en dos desde el primer momento y su sonrisa se borra casi para siempre. En la adaptación de HBO Max, Ellie sigue siendo traviesa y haciendo bromas y vaciles a su compañía, convirtiendo las intenciones de su personaje en unas mucho más injustificables que en el juego; y mira que era difícil de justificar moralmente el círculo constante de violencia del que no puede escapar en la obra de Naughty Dog.
La revelación de Dina es una anécdota más, cuando en el juego saca a la luz el lado más egoísta e injusto de Ellie. Que Ellie haga daño a la gente que le quiere por no atender a razones es una de las constantes del videojuego que mejor funcionan y nos ayudan a comprender el trauma que estamos viviendo en tercera persona. Ya estaban los flashbacks para ver momentos bonitos: lo demás era crudo e increíblemente triste, y eso es precisamente lo mejor de The Last of Us.
Hay muchos más detalles que no encajan para nada con los puntos clave del juego original, como la escena de cama que, en vez de situarse antes del suceso traumático (como en el videojuego), se produce después y sin venir a cuento, provocando que el espectador perciba a una protagonista a la que realmente no parece importarle demasiado su causa. O, si lo hace y es capaz de actuar así en vez de estar completamente apagada, es verdaderamente una psicópata.
Sí, HBO Max ha renovado The Last of Us otra temporada más y todo apunta a que la historia del segundo juego se partirá en varias temporadas en la serie, pero desde luego, y a diferencia de la primera temporada, lo que cambia no aporta nada demasiado positivo. En el recuerdo queda aquel maravilloso episodio 3, el mejor de la serie si me preguntan, y completamente fuera del material original. Mientras, la segunda temporada ha bajado su valoración tanto en plataformas internacionales como en las nacionales.
A la espera de poder juzgar el final de la temporada 2 de The Last of Us esta madrugada, habrá que esquivar todos los posibles spoilers que surjan, ya que el último capítulo se ha filtrado antes de tiempo. El avance de este episodio 7 ya nos dejaba con Ellie, Dina y Jesse en Seattle, atrapados en fuego cruzado entre los Serafitas y los Lobos (el Frente de Liberación de Washington), pero en Reddit reportaron que se mostraba disponible para reproducir antes de tiempo en Apple TV, provocando que varios usuarios grabaran las escenas antes de su retirada.