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La «aporofobia institucionalizada» de Barajas y Madrid abandona a cientos de personas sin hogar

Desde el pasado miércoles, el aeropuerto de Barajas (Madrid) desplegó un toque de queda para limitar la entrada de personas sin hogar a las terminales, tras la polémica surgida en relación a los «sin techo» que aprovechan la apertura del aeropuerto para pernoctar en un lugar seguro. Durante toda la semana, AENA y el gobierno autonómico de la capital han estados en un constante tira y afloja, pasándose la pelota de las competencias y sin aportar soluciones reales para los afectados, más de 420 personas.

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Aunque es una problemática que viene ocurriendo en Barajas desde hace tiempo, es ahora cuando los accesos han estado limitados desde las 21:00 hasta las 05:00 de la madrugada, con controles en las cuatro terminales del aeropuerto (con cinco puertas en las terminales 1, 2 y 3 y cuatro en la T4). Solo se ha permitido el acceso a personas con billete, acompañantes y trabajadores acreditados, una medida para evitar que personas que necesitan un techo para dormir accedan al lugar durante la noche.

Esto ha provocado que multitud de los afectados acudan antes de la hora de toque de queda, no sin complicaciones. Una persona nos cuenta que la cena la dan a las siete y media de la tarde en los repartos de alimentos, por lo que llegan muy justos si quieren evitar el control de las nueve de la noche para pernoctar. Aun así, se han podido ver a personas que llevan hasta casi un año haciendo noche allí, y la primera medida de AENA ha sido en todo momento «esconderlas» y apartarlas.

Si bien la empresa pública AENA es el operador de Barajas y depende del Gobierno central, también es cierto que las personas que pernoctan allí son responsabilidad de la ciudad de Madrid, ya que se trata de ciudadanos de la propia urbe a los que las instituciones no han dado solución ni alternativa. De hecho, más de la mitad está empadronado en Madrid, necesitando desde hace mucho tiempo una respuesta desde el ámbito local.

Barajas Madrid Personas Sin Hogar
Fuente: Agencias

Finalmente, este jueves por la tarde se pudo celebrar una reunión entre el presidente de AENA, Maurici Lucena, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, en la sede de la gestora aeroportuaria, para acordar soluciones. Ambas partes aparcaron sus diferencias y pactaron desbloquear la situación, con AENA pagando los costes para realizar un censo individualizado de los ciudadanos que duermen en el aeropuerto de Madrid.

De igual forma, acuerdan el mantenimiento de reuniones técnicas semanales para monitorizar la situación y el compromiso de los líderes de ambas instituciones volver a reunirse si surgen nuevas discrepancias. Un tono cordial que, sin embargo, solo prolonga la situación y no ofrece verdaderas soluciones inmediatas para estas personas. El propio alcalde destacó antes del encuentro que se les ha ofrecido una alternativa de alojamiento a una parte de los afectos, pero «un número muy bajo» han aceptado trasladarse a los servicios municipales.

Y es que el 38 % de las personas sin hogar de Barajas tienen un trabajo, pero no pueden permitirse un alquiler o una vivienda. Aunque tengan la alternativa de los albergues y se tomen medidas, estas personas llevan meses e incluso años abandonadas por el sistema y por Madrid, incapaz de solucionar este problema de ciudadanos que conviven en la capital.

La «aporofobia institucional» de AENA y Madrid en Barajas

Surtan efecto o no las medidas acordadas, la actuación tanto de AENA como de Madrid ante la situación ha sido tildada por los expertos consultados por este diario como «aporofobia institucional». El concepto de aporofobia se refiere a rechazo u odio hacia las personas en situación de pobreza o sin hogarismo. Los juristas españoles explican que es un concepto relativamente reciente que se le atribuye a la profesora Adela Cortina, de la Universidad de Valencia, y que luego se incorporó en la RAE.

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Persona Durmiendo En Aeropuerto De Barajas
Fuente: Agencias

«Es un fenómeno importante porque hasta el momento no se había identificado qué era o no se le había dado una palabra a este modo de rechazo. Siempre se hablaba de un rechazo por racismo, por ideología, por identidad sexual, pero no había un término que identificase este problema. Lo que agrupa la aporofobia es que identifica que muchas veces no se trata de un problema de racismo, sino de un problema de pobreza, de rechazo por situación económica o socioeconómica», nos explica Miguel Bustos Rubio, profesor titular de derecho penal de la Universidad Internacional de La Rioja y autor de Aporofobia y Delito: La discriminación socioeconómica como agravante.

«Las personas pueden ser aporófobas, pero también puede ser aporófobo el propio sistema. El sistema estatal, el sistema jurídico, el sistema económico, el sistema social. Y, en este caso, lo que vemos en el aeropuerto de Barajas es un ejemplo claro de aporofobia institucionalizada«, continúa el jurista al ser consultado por este periódico sobre lo que ha estado ocurriendo durante todos estos días.

Ante ese problema de personas sin hogar o personas pobres o con bajos recursos económicos que tienen que pernoctar allí, la solución que se ha estado planteando de parte de AENA y las instituciones es esconderlas en otro sitio, apartarlas de la vista pública de Barajas, siguiendo un sistema o una política criminal muy criticada a nivel internacional«, explica.

Este tipo de actuación surgió en Estados Unidos, denominándose «políticas de tolerancia cero«. El país norteamericano la practicaba inicialmente frente a ciertos tipos de sujetos considerados por sí mismos peligrosos, pero las personas sin hogar de Barajas no están cometiendo ningún delito. Simplemente pernoctan a la vista, y eso molesta a los transeúntes y a las autoridades. Las política de tolerancia cero actúan para apartar de la vista, de la visión pública, a estas personas, o incluso criminalizarlas sin haber hecho nada.

La &Quot;Aporofobia Institucional&Quot; De Aena Y Madrid En Barajas
Fuente: Agencias

En España hemos tenido casos de esto, por ejemplo durante la pandemia del COVID, cuando diferentes ayuntamientos propusieron multas para la gente que estuviese en la calle fuera del horario de salida. La normativa prohibía que se pudiera salir a la calle, pero había indigentes que no tenían dónde dormir. Pese a ello, se les tramitó administrativamente la multa correspondiente. «Al sujeto se le interpreta como automáticamente peligroso o molesto, se le estigmatiza, se le etiqueta y se le aparta. Esas políticas de tolerancia cero no son nuevas, y lo que estamos viendo con AENA es una política clara de tolerancia cero contra estas personas, criminalizándolas y estigmatizándolas«, añade el profesor.

Al sujeto se le interpreta como automáticamente peligroso o molesto, se le estigmatiza, se le etiqueta y se le aparta

Experto en aporofobia

Hay que dejar claro que las personas en esta situación necesitan pernoctar en un sitio que no sea al aire libre, por eso entra en escena el aeropuerto de Barajas. Estos lugares les aportan mucha más seguridad, una barrera importantísima frente a amenazas externas, frente a posibles delitos que puedan sufrir y frente a problemas de salud o agresiones sexuales.

Las fuentes jurídicas nos ponen como ejemplo el alto número de agresiones sexuales sufridas por mujeres que están en situación de sin hogar, es decir, el hogar, el tener un sitio donde pernoctar o donde vivir. «Es sumamente importante para realizar tu vida social con comodidad y con seguridad el hecho de protegerte frente a amenazas externas. Estas personas solo están buscando pernoctar», añaden.

Ante esta situación, los expertos aseguran que la solución no pasa, por supuesto, por la vía penal, ni tampoco pasa por la vía de la sanción administrativa, sino que pasa por políticas sociales de intervención que eviten esta situación. Es importante centrar los esfuerzos en integrar a estas personas sin hogar en la sociedad, para lo que hace falta esfuerzo, dinero y voluntad política. La solución rápida y fácil ha sido, casi siempre, la contraria: apartarlos.

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