Pocos destinos en nuestro país ofrecen la posibilidad de viajar literalmente millones de años atrás en el tiempo. Teruel, ese rincón a menudo olvidado de Aragón, esconde uno de los tesoros paleontológicos más impresionantes de Europa donde las pisadas de los gigantes prehistóricos han quedado grabadas para siempre en la roca. Los aficionados a la paleontología y las familias con niños encuentran en estos parajes un destino único que combina aventura, naturaleza y conocimiento científico en estado puro.
La provincia aragonesa ha sabido capitalizar este extraordinario legado jurásico convirtiéndolo en uno de sus principales atractivos turísticos. Desde el impresionante complejo de Dinópolis hasta los numerosos yacimientos al aire libre distribuidos por su geografía, Teruel ofrece una experiencia inmersiva que transporta al visitante hasta la era de los grandes reptiles. Esta ruta, conocida como Territorio Dinópolis, se ha consolidado como un referente internacional para los amantes de la paleontología, atrayendo cada año a miles de curiosos dispuestos a maravillarse ante los vestigios de un pasado remoto.
LA JOYA DE LA CORONA: DINÓPOLIS, MUCHO MÁS QUE UN PARQUE TEMÁTICO
Cualquier viaje a la tierra de los dinosaurios turolenses debe comenzar por su epicentro indiscutible. Dinópolis no es simplemente un parque de atracciones, sino un ambicioso proyecto museístico y científico que combina rigor paleontológico con diversión garantizada para todos los públicos. Sus instalaciones principales, ubicadas en la capital, albergan una de las colecciones de fósiles más importantes del mundo, incluyendo ejemplares únicos hallados exclusivamente en Teruel.
La experiencia se completa con espectáculos, simuladores y reconstrucciones a tamaño real que permiten imaginar cómo era realmente la vida en el Jurásico. Los visitantes pueden disfrutar de atracciones como el «T-Rex Express», una montaña rusa tematizada, o asistir a representaciones teatralizadas donde aprenden sobre los hallazgos más relevantes de la provincia mientras se divierten con toda la familia. El parque ha logrado ese difícil equilibrio entre el entretenimiento y la divulgación científica, convirtiendo complejos conceptos paleontológicos en experiencias accesibles para todos los públicos.
LA RUTA DE LAS HUELLAS: PISANDO DONDE CAMINARON LOS GIGANTES
Más allá de Dinópolis, Teruel esconde una red de yacimientos paleontológicos accesibles al público general que conforman una ruta única en España. Estos enclaves, conocidos técnicamente como yacimientos de icnitas, conservan las huellas originales que dejaron diferentes especies de dinosaurios hace más de 150 millones de años en lo que entonces eran orillas fangosas. Hoy podemos contemplarlas petrificadas en la roca.
Localidades como Galve, Riodeva o El Castellar albergan algunos de estos tesoros al aire libre donde el visitante puede literalmente pisar junto a las huellas de estos colosos prehistóricos. Cada yacimiento cuenta con paneles informativos y en muchos casos guías especializados que ayudan a interpretar estos rastros fósiles, explicando detalles fascinantes como la velocidad a la que se desplazaban o incluso comportamientos sociales de aquellas criaturas basándose únicamente en sus pisadas. La sensación de estar tan cerca del pasado más remoto produce una emoción difícil de describir con palabras.
LOS SIETE SATÉLITES: LA CONSTELACIÓN PALEONTOLÓGICA DE TERUEL
La experiencia jurásica en Teruel se expande mucho más allá de su capital gracias a los siete centros satélite que componen el Territorio Dinópolis. Cada uno de estos espacios, ubicados estratégicamente en diferentes puntos de la provincia, está especializado en un aspecto concreto de la paleontología y ofrece hallazgos únicos que complementan la visita principal creando un itinerario completo. Localidades como Albarracín, Rubielos de Mora o Peñarroya de Tastavins se han incorporado al mapa turístico gracias a estos espacios.
Legendark en Galve, por ejemplo, permite conocer la historia del Aragosaurus, el primer dinosaurio descrito en España. En Rubielos de Mora, el centro Mar Nummus exhibe una extraordinaria colección de fósiles marinos que revelan cómo era el paisaje de Teruel cuando gran parte de su territorio estaba sumergido bajo las aguas de un antiguo mar. Cada uno de estos espacios museísticos cuenta con piezas originales y réplicas de gran valor científico, además de actividades interactivas pensadas para que los más pequeños aprendan divirtiéndose.
EL IMPACTO DEL TURISMO PALEONTOLÓGICO EN LA ECONOMÍA LOCAL
La apuesta por convertir Teruel en un destino de referencia para los amantes de los dinosaurios ha transformado radicalmente la economía de muchos municipios de la provincia. Pueblos que hace apenas dos décadas luchaban contra la despoblación han encontrado en el turismo paleontológico un motor de desarrollo sostenible que genera empleo durante todo el año y ha propiciado la apertura de alojamientos rurales, restaurantes y comercios especializados en productos relacionados con los dinosaurios.
Las cifras hablan por sí solas: cada año más de 180.000 visitantes recorren las instalaciones de Dinópolis y sus centros asociados, con un impacto económico estimado superior a los 15 millones de euros anuales. Este flujo turístico ha permitido fijar población en zonas rurales y ha contribuido decisivamente a poner a Teruel en el mapa, desmintiendo aquel viejo tópico de «Teruel no existe» que durante tanto tiempo ha perjudicado a la provincia aragonesa. El paleontológico se ha convertido así en un turismo de calidad que ayuda a desestacionalizar la demanda.
INVESTIGACIÓN Y FUTURO: TERUEL COMO REFERENTE MUNDIAL
El fenómeno turístico no debe hacernos olvidar que detrás de esta oferta de ocio existe un intenso trabajo científico. La Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel coordina equipos de investigación que continúan realizando importantes descubrimientos cada año. Sus hallazgos han sido publicados en las más prestigiosas revistas científicas internacionales, situando a Teruel en el mapa mundial de la paleontología y atrayendo a investigadores de universidades de todo el mundo interesados en estudiar este patrimonio único que sigue deparando sorpresas.
El futuro se presenta prometedor para esta tierra de dinosaurios. Los planes de expansión incluyen la apertura de nuevos centros satélite y la constante actualización de contenidos en los ya existentes. Los yacimientos siguen proporcionando material para nuevas investigaciones y las técnicas modernas como la fotogrametría o el escaneo en 3D permiten estudiar con mayor precisión las huellas y fósiles, aportando nueva información sobre especies hasta ahora desconocidas que habitaron lo que hoy conocemos como Teruel durante el Mesozoico. Una tierra que, millones de años después, sigue revelando los secretos de sus antiguos habitantes.