Con el paso de las semanas, la tensión en relación a Israel y los bombardeos de Palestina va en aumento en España. La ocupación israelí en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este está generando cada vez más conciencia social en nuestro país, que se traduce en un rechazo hacia aquellos que apoyan de una forma u otra las acciones del estado en Oriente Medio. Y, si hace unos días el debate giraba en polémica en torno a la participación de Israel en el Festival de Eurovisión, ahora son los festivales de música los que están en el ojo del huracán.
Una información publicada en El Salto Diario recordó que el fondo norteamericano Kohlberg Kravis Roberts (KKR) -apellidos de sus fundadores- está detrás de numerosos festivales que se celebran en España. Hasta aquí pareciera que no existe ningún problema, ya que la organización de estos eventos obtiene financiación desde diferentes fondos de inversión, ya sean nacionales o internacionales. El conflicto está en que KKR tiene vínculos con la ocupación israelí.
Este ha invertido en firmas israelíes de ciberseguridad (Optiv), en centros de datos y en el conglomerado mediático que ofrece viviendas en territorios palestinos y expulsa a estos de sus casas. Además, Henry Kravis, uno de los cofundadores, es un habitual donante de iniciativas políticas y culturales promovidas por Israel, y el exdirector de la CIA David Petraus es el presidente de su rama de operaciones en Oriente Medio.

KKR está detrás de festivales como Viña Rock, FIB, Sónar, Madrid Salvaje, Monegros o Arenal Sound a través de Superstruct Entertainment, un conglomerado que adquirió por 1.300 millones de euros y que, además de los vínculos directos con Israel, donó millones de dólares a la pasada campaña electoral de Donald Trump y que guarda una estrecha relación con el Partido Republicano. Según ha podido saber este medio, hasta 23 festivales de España tienen financiación de este fondo proisraelí, para una cifra total cercana a los 80 a nivel mundial en Europa y Oceanía.
- Sónar
- Arenal Sound
- O Son do Camiño
- Brunch Electronik
- Morriña Fest
- Sonórica Festival
- I Love Reggaeton
- Madrid Salvaje
- Caudal Fest
- Off-Sónar
- Love the Twenties
- Love The 90s
- Elrow Ibiza Amnesia
- Elrow Town
- Resurrection
- Viña Rock
- FIB
- Monegros
- Brava MAdrid
- Interestelar
- Festival de Les Arts
- Tsunami Xixón
- Granada Sound
Decenas de grupos de música abandonan los festivales con financiación israelí
La situación ha desatado duras críticas por parte del público hacia los organizadores de estos festivales, así como la respuesta de multitud de grupos y bandas de música que están presentes en los carteles o suelen ser invitados para actuar en los eventos. La lista va desde Sons of Aguirre y Ska-P hasta Ergo Pro, Las Ninyas del Corro, Reincidentes, El Niño de la Hipoteca o La Raíz, pero ya los artistas que se han pronunciado o negado a participar ya se cuentan por decenas, y cada día salen más.
«Nos unimos al boicot cultural como forma de presión y solidaridad», explican desde La Raíz. «No podemos tocar en festivales financiados por un fondo vinculado a un genocidio», han dicho los miembros de Gigatron, que abandonan el Resurrection Fest, mientras Chikos del Maíz anima al resto a posicionarse y hacer lo mismo.
Fuentes de la propia Superstruct han afirmado que los festivales asociados con su plataforma «cuentan con independencia organizativa y operativa total», destacando que estos eventos «están históricamente dirigidos por promotoras locales y sus valores fundacionales no se ven modificados por su incorporación a la plataforma».
Y en parte es cierto, ya que festivales como Viña Rock, Sónar o Resurrection Fest se han intentado desligar en las últimas horas del fondo proisraelí KKR pese a que parte de su financiación proceda de la compañía. Viña Rock afirma que no financia ninguna causa violenta ni contraria a los derechos humanos, ni directa ni indirectamente. «Afirmar lo contrario no solo es falso, sino profundamente injusto», deslizaban en un comunicado este lunes.
Desde Viña Rock aseguran que cuentan con la participación de diferentes inversores en su estructura, incluida la firma internacional KKR, que según ellos no ejerce influencia alguna sobre el funcionamiento del festival. «Han circulado acusaciones que nos sorprenden tanto como nos preocupan y, ante la desinformación que se está extendiendo, queremos hablar con claridad. Lo hacemos por responsabilidad, por los artistas, por los más de 2.000 trabajadores que hacen posible el festival y sobre todo por nuestro público», comentan.
Los organizadores de Sónar también han dado respuesta, enfatizando su «solidaridad con la población civil palestina atrapada en la catástrofe humanitaria que se vive en Gaza». Detallan que su línea artística, la gestión del festival y el compromiso cultural y ético «se ha mantenido firme a lo largo de 32 años», recalcando su independencia al respecto.
Resurrection Fest se ha excusado todavía más, puntualizando el problema de financiación de estos eventos. «Queremos dejar claro que el festival no financia ninguna guerra. Como muchos otros de los grandes festivales o eventos culturales por todo el mundo, además de las empresas locales que lo organizan, el festival tiene socios externos para poder asegurar su futuro en una industria cada vez más difícil y global», señalan.
El caso ha llegado hasta el mismo ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ha declarado que este tipo de fondos «no son bienvenidos en España» y «no son bienvenidos en la cultura española. «Desde hace muchos años denunciamos y trabajamos para que todas aquellas empresas que tienen actividad económica en los asentamientos ilegales en Palestina no puedan tener una actividad normalizada dentro del mercado único de la Unión Europea», explica.
Las reacciones siguen sucediéndose con el paso de las horas, como ha ocurrido con el Ayuntamiento de Rivas (Madrid), que ha cancelado el convenio de tres años con la entidad ShareMusic! que contemplaba la realización de hasta nueve conciertos en el auditorio Miguel Ríos. Eso sí: mantiene la celebración de los festivales Love the Twenties, Love the 90s y I Love Reggaeton de este mes de junio para evitar el pago de una indemnización de casi 7 millones de euros a la promotora.

Otros lazos de KKR en España
Lo cierto es que resulta casi inevitable no estar en contacto con marcas que tienen financiación del fondo proisraelí KKR (Kohlberg Kravis Roberts), ya que está presente a muchos niveles. Por ejemplo, el fondo también ha invertido en numerosas empresas nacionales como MasMovil o Telepizza, así como el proyecto de hidrógeno verde de Ignis o el parque temático de PortAventura.
En el sur del país, el Grupo Parlamentario Mixto-Adelante Andalucía ha pedido explicaciones a la Junta sobre la Universidad Tecnológica Atlántico Mediterráneo (Utamed), un centro privado cuya creación se aprobó en septiembre de 2023 por el parlamento. Piden que expliquen los vínculos de KKR como compradora Medac, una empresa destinada a la Formación Profesional que fundó el fallecido Javier Imbroda, y como accionista de Utamed, cuyos vínculos ha establecido hasta 2024.
Sea como fuere, las conexiones de compañías israelíes con empresas que operan en España son muchas, e incluso la Biblioteca Nacional de España (BNE) utiliza un software israelí, Alma, de la compañía Ex libris, para la gestión de su archivo.