Más allá del significado simbólico que representa la misa inaugural del pontificado del Papa León XIV, la ceremonia ha dejado una imagen que ha dado la vuelta a los titulares de España: la reina Letizia ha asistido vestida de blanco y con mantilla, atuendo inédito que no usaba desde su boda en 2004. Junto al rey Felipe VI, los monarcas representaron a España en este evento de alto valor para la Iglesia católica y el protocolo diplomático internacional.
Los Reyes, con su presencia en Roma, reforzaron su papel en el ámbito internacional y han subrayado la importancia que el país sigue teniendo en las relaciones con el Vaticano y la iglesia católica en general. La imagen de los monarcas saludando al Papa León XIV ya es parte de la historia reciente de la monarquía española.
1La elección del blanco y la mantilla: un gesto cargado de simbolismo

La reina Letizia ha decidido recuperar una tradición que había abandonado desde hace más de dos décadas. Después de su enlace matrimonial con el entonces príncipe de Asturias, no había lucido la tradicional mantilla blanca española. En esta ocasión, Letizia siguió rigurosamente con el protocolo del Vaticano que permite que solo ciertas reinas católicas vistan de blanco en presencia del Papa, esta norma se conoce como «privilegio del blanco».
El vestido que utilizó para la ocasión fue un diseño midi en tono blanco roto, con un escote asimétrico y silueta ajustada, discreto sí, pero elegante. La mantilla con blonda complementaba la vestimenta, respaldando la solemnidad del momento. Según la revista ¡Hola!, «es la primera vez que Letizia usa velo con blonda desde su boda en 2004». Este detalle no pasó desapercibido para la prensa especializada en la Casa Real.
El atuendo destacó por su sencillez: joyas discretas y maquillaje natural. Nada minimizaba el simbolismo de la mantilla, pieza históricamente reservada para eventos de gran relevancia protocolaria como audiencias papales, procesiones religiosas o bodas reales.
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