Especial 20 Aniversario

Ser padre todavía no ‘puntúa’ igual que ser madre pese al intento español

A pesar de los esfuerzos realizados en España, tanto en lo legal como en lo social, para “equiparar o igualar” los permisos parentales entre madres y padres, la realidad muestra que ser padre aún no ‘puntúa’ igual que ser madre en muchos ámbitos, especialmente en el laboral y el reconocimiento social.

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Aunque la ampliación progresiva del permiso de paternidad lo que ha buscado siempre es implementar la corresponsabilidad en la crianza de los hijos, existe una práctica arraigada la población continúa reflejando una desigualdad que limita la participación plena del padre en las diferentes etapas de crecimiento de los hijos. ¿Entonces se trata de un problema cultural o legal?

Lo cierto es que este desequilibrio afecta la conciliación familiar, pero también influye en cómo se valoran las responsabilidades parentales dentro de la empresa (siendo esta parte la más significativa, dado el impacto económico) y la sociedad en general. Mientras la madre sigue siendo considerada el referente principal en el cuidado infantil, el padre enfrenta todavía barreras culturales y estructurales que reducen el impacto positivo de sus ausencias justificadas por paternidad. Así, pese a los avances normativos, “la igualdad efectiva entre padres y madres en este terreno sigue siendo un desafío pendiente en España”.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha vuelto a poner en evidencia las limitaciones del sistema español respecto al complemento por brecha de género en las pensiones. Este beneficio, que fue creado por primera vez en el año 2016 para compensar a las madres con dos o más hijos por el impacto negativo de la maternidad en su carrera laboral, fue declarado inicialmente discriminatorio en 2019 por excluir a los padres.

Pero, en el año 2021 se reformó nuevamente para permitir que los hombres accedieran al complemento desde el primer hijo, pero tal y como era de esperarse, se establecieron requisitos adicionales que solo ellos deben cumplir, manteniendo así una desigualdad que el TJUE ha declarado ilegal en su sentencia del 15 de mayo de 2025.

La reciente resolución europea señala que el complemento se concede automáticamente a las madres, mientras que los padres deben demostrar un perjuicio en su carrera profesional para poder beneficiarse, algo que no está justificado ni por la protección de la maternidad ni por la promoción de la igualdad profesional.

Esta discriminación directa basada en el sexo vulnera la normativa europea sobre igualdad de trato en materia de seguridad social, una visión que deja muy mal parada a España con relación al resto de los países de la UE. Aunque el fallo permite que, en caso de que un padre obtenga judicialmente el complemento y tenga una pensión inferior a la madre, se pueda eliminar el beneficio otorgado a esta última, no obliga a anular los complementos ya concedidos.

La importancia práctica de esta sentencia es significativa: el complemento para 2025 asciende a 35,90 euros mensuales por hijo, lo que puede suponer un aumento superior a 2.000 euros anuales para algunos padres.

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El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha reconocido el fallo y revisará sus implicaciones jurídicas, mientras que el sindicato UGT ha expresado su preocupación, defendiendo que los requisitos adicionales para los hombres son necesarios para que el complemento cumpla su función correctora. Sin embargo, esta decisión abre la puerta a numerosas reclamaciones judiciales por parte de padres que reclaman un trato igualitario en el acceso a esta prestación.

Las brechas laborales persisten a pesar de la ampliación del permiso de paternidad

Las Brechas Laborales Persisten A Pesar De La Ampliación Del Permiso De Paternidad
Fuente: Agencias

Aunque España ha avanzado en los últimos años con la ampliación progresiva del permiso de paternidad, la igualdad en el ámbito laboral sigue siendo un desafío, y muchos dirían, un desafío pendiente. Los datos muestran que, pese a estos cambios normativos, los hombres todavía no disfrutan del mismo reconocimiento ni de las mismas oportunidades que las mujeres cuando se trata de conciliación, aunque cueste creerlo y aunque se intente “diluir” la importancia del tema.

Muchas empresas mantienen prácticas que, consciente o inconscientemente, penalizan a los padres que solicitan permisos para cuidar a sus hijos (simplemente, porque culturalmente es aceptada la práctica de que es la madre la que debe encargarse de estas tareas), perpetuando así la brecha salarial y de promoción profesional entre hombres y mujeres. Esta situación refleja que la ampliación del permiso de paternidad, aunque necesaria, no es suficiente para cambiar las dinámicas laborales existentes.

La persistencia de estas brechas evidencia la necesidad de implementar políticas más integrales que promuevan un cambio cultural en las organizaciones, y en la población en general, así como la vigilancia efectiva para garantizar que los derechos de los padres sean respetados sin afectar su desarrollo profesional.

La cultura y los estereotipos dificultan la igualdad real en la crianza compartida

La Cultura Y Los Estereotipos Dificultan La Igualdad Real En La Crianza Compartida
Fuente: Agencias

Los roles de género continúan influyendo en la percepción social sobre la responsabilidad parental, es decir, existen diferencias en las responsabilidades asignadas a los padres y a las madres, lo que limita la implicación real de los hombres en la crianza (y esta es una verdad que ciertos sectores de la sociedad no terminan de aceptar y asimilar).

Y es que de forma casi inconsciente, todavía hoy en día, en muchas familias y entornos laborales, “se sigue esperando que la mujer asuma la mayor parte del cuidado infantil”, mientras que al hombre se le asigna principalmente el rol de proveedor, un rol asignado tradicionalmente.

Esta división casi que “invisible” de responsabilidades del género en la crianza de los hijos, “limita el potencial de los padres” para involucrarse activamente en la crianza de los hijos, y al mismo tiempo refuerza estereotipos que dificultan alcanzar una igualdad auténtica. Además, estas “creencias arraigadas” en la población, afectan la autoestima y la motivación de los hombres para participar plenamente en las tareas domésticas y de crianza.

Y lo que más dificulta el cambio, es la falta de referentes masculinos que rompan con estos moldes hace que el cambio cultural sea lento (lo que justifica la tardanza en el cambio de la normativa), y mientras esto persista, las políticas de igualdad enfrentan un obstáculo importante para su implementación efectiva en la vida cotidiana.

El impacto de la desigualdad en la conciliación y la valoración social de los padres

El Impacto De La Desigualdad En La Conciliación Y La Valoración Social De Los Padres
Fuente: Agencias

La desigualdad en el reconocimiento y valoración del rol paterno tiene consecuencias directas sobre la conciliación familiar y laboral. De acuerdo a la opinión de los expertos en el tema, cuando el esfuerzo y la dedicación de los padres en la crianza no se valoran de forma equivalente al de las madres, se perpetúan dinámicas que dificultan la distribución equitativa del tiempo y sobre todo las responsabilidades, lo que trae como consecuencia, una mala distribución de las tareas del hogar y con respecto al funcionamiento de la familia, por ejemplo.

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Esto repercute en la calidad de vida de las familias y limita la posibilidad de que ambos progenitores puedan disfrutar plenamente de su rol. Por otra parte, la escasa o simplemente “inexistente” valoración social del papel del padre en la crianza contribuye a que muchos hombres se sientan desmotivados o excluidos de los procesos de cuidado y educación de sus hijos.

Esta situación no solo afecta a las familias a nivel individual, sino que también incide en el avance hacia una sociedad más igualitaria (así de importante es este cambio), donde el compromiso y la responsabilidad parental se reconozcan y compartan sin distinciones de género, simplemente porque el círculo continúa, y se repiten los patrones de comportamiento.

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