La Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del Festival de Eurovisión, lanzó una advertencia a RTVE: si durante la retransmisión de la final del sábado se repetían los comentarios sobre las víctimas de la ofensiva israelí en Gaza, la televisión pública enfrentaría una «multa punitiva». La polémica, adelantada por El País y confirmada por EFE, encendió el debate sobre los límites entre el entretenimiento y el activismo político en uno de los eventos musicales más vistos en el mundo.
RTVE, por su parte, reconoció la existencia del escrito enviado por la UER, pero en ese momento, evitó detallar las acciones a tomar. El conflicto surgió después de que los comentaristas de La 2, Tony Aguilar y Julia Varela, hicieran mención a las más de 53.000 muertes en Gaza durante la retransmisión de la segunda semifinal.
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La postura de RTVE también polarizó a la clase política. Enrique Santiago, diputado de IU y líder del PCE (integrado en Sumar), respaldó los comentarios de los presentadores por recordar «el brutal genocidio del pueblo palestino». En redes, escribió: «Si la complicidad de Eurovisión llega hasta el nivel de multaros, estad seguros de que no vais a estar solos».
Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, apoyó a RTVE en X: «Un festival que propugna la fraternidad, diversidad y paz a través de la música no puede normalizar ni blanquear el genocidio». Estas declaraciones difieren del silencio de partidos como el PP o Vox, quienes decidieron no pronunciarse públicamente.
La amenaza de la UER a RTVE además de ser un aviso legal, es una muestra de la tensión entre el entretenimiento y la realidad global con la política. Mientras el festival mantiene su lema «Unidos por la música», conflictos como el de Gaza sobrepasan su pretendida neutralidad.