El fenómeno de las dietas milagro continúa extendiéndose por las redes sociales y medios de comunicación, prometiendo resultados rápidos y espectaculares. La OMS ha lanzado recientemente una contundente advertencia sobre los peligros de ciertas dietas populares que, lejos de mejorar la salud, pueden provocar daños severos en el metabolismo con consecuencias a largo plazo para quienes las practican habitualmente. Estas prácticas alimentarias extremas, caracterizadas por restricciones severas y cambios drásticos, están siendo objeto de un escrutinio cada vez mayor por parte de la comunidad científica internacional.
Los expertos en nutrición y salud pública llevan años alertando sobre los riesgos asociados a los regímenes restrictivos, pero ahora cuentan con el respaldo oficial del máximo organismo sanitario mundial. Según los últimos informes publicados, las llamadas dietas yo-yo generan un efecto rebote que resulta devastador para el funcionamiento metabólico, provocando no solo la recuperación del peso perdido sino un incremento adicional en muchos casos. La OMS subraya que estos ciclos repetitivos de pérdida y ganancia de peso constituyen un patrón potencialmente más dañino que el sobrepeso moderado mantenido en el tiempo, especialmente cuando se realizan sin supervisión médica adecuada.
4CONSECUENCIAS METABÓLICAS: EL LEGADO DESTRUCTIVO QUE ADVIERTE LA OMS
Las secuelas metabólicas de las dietas restrictivas y los ciclos yo-yo van mucho más allá del simple rebote de peso. Investigaciones recientes citadas en los informes de la OMS revelan alteraciones profundas en los sistemas reguladores del organismo que pueden persistir durante años. Entre estas consecuencias destacan el aumento de la resistencia a la leptina, hormona clave en la regulación del apetito, y cambios epigenéticos que modifican la expresión de genes relacionados con el almacenamiento y la movilización de grasa corporal, predisponiendo al organismo a una mayor eficiencia en la acumulación de reservas energéticas.
El daño metabólico documentado por la OMS incluye también alteraciones en la composición de la microbiota intestinal, cuya diversidad disminuye significativamente tras períodos de restricción severa. Esta disbiosis intestinal afecta negativamente al sistema inmunológico y a la regulación del metabolismo energético a través del eje intestino-cerebro, creando un círculo vicioso difícil de romper. Además, los estudios longitudinales muestran que las personas que han experimentado múltiples ciclos de dietas yo-yo presentan niveles elevados de marcadores inflamatorios sistémicos, lo que podría explicar la correlación observada entre estos patrones alimentarios y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina e incluso ciertos tipos de cáncer.