Especial 20 Aniversario

El gran dilema de la DGT: un problema de conductores sin solución a la vista

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En las estadísticas de la siniestralidad vial, hay un dato que se repite cada año como una herida abierta: los motoristas siguen muriendo en nuestras carreteras. Y lo más alarmante no es solo la cifra, sino el hecho de que, pese a las múltiples campañas, reformas y controles, esa cifra no baja. La Dirección General de Tráfico (DGT) está ante un dilema persistente y, hasta ahora, irresuelto.

Solo en 2024, según datos de la DGT, perdieron la vida 286 motoristas en vías interurbanas. Una tragedia que no solo habla de números, sino de familias rotas, de vidas truncadas y de un sistema de seguridad vial que, al menos con este colectivo, no está funcionando como debería.

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Las nuevas tecnologías podrían ser la llave… si se implementan

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Fuente: Agencias

En una maniobra conjunta con Anesdor (la Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas) y la Fundación MAPFRE, la DGT ha puesto en marcha una campaña para dar a conocer los ARAS, los asistentes a la conducción para motos. Este tipo de tecnología, que ya ha probado su eficacia en coches bajo el nombre de ADAS, podría ser determinante.

Los ARAS incluyen sistemas como el control de tracción, ABS en curva, avisadores de colisión frontal o detección de vehículos en ángulo muerto. Todo ello adaptado a las características y limitaciones de las motocicletas.

«Los ARAS son una de las grandes revoluciones que pueden ayudar a reducir la siniestralidad de los motoristas«, afirmó recientemente Álvaro Gómez, director del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT. Y no le falta razón. La tecnología puede convertirse en un escudo, pero su incorporación depende de fabricantes, del mercado y también de ayudas institucionales.