Si no lo sabes, hay que decirte que las bodegas españolas tienen un nicho de mercado en medio mundo. Los aranceles con los que ha amenazado Donald Trump afectarán a una parte de su negocio, pero la consolidación de las marcas, así como el apoyo de las Denominaciones de Origen, ayudan a abrir nuevos nichos que suplan esas trabas.
Es el caso de Ribera del Duero que, con sus 300 bodegas, lleva décadas apostando por una marca de garantía. Entre ellas, en Lahorra, está Bodegas Figuero. Felipe Martín, de la familia Figuero, nos explica los avances en las bodegas españolas y, particularmente, en la D.O. Ribera de Duero. Tanto las grandes bodegas como las empresas familiares pueden llegar a mercados distintos, y desde Lahorra exportan a una treintena. Pese a los aranceles de Trump, afirman haberse adaptado a las tendencias del consumidor. Según ellos, el vino necesita tranquilidad y años para superar las incertidumbres.
Además, siempre ha habido incertidumbre en las labores del campo, pero se acostumbran a adaptarse a ellas. Enólogos y profesionales de primer nivel trabajan para ofrecer a los consumidores un vino que, tras estar en barrica entre 2 y 6 años, ofrece el sabor que demanda el cliente.
«No podemos seguir las modas pasajeras, pero sí adaptarnos a las tendencias. Desde hace 20 años hemos ido cambiando y, por ejemplo, ahora los clientes piden un vino más afrutado, con elegancia», explican.
El producto de Figuero se saborea en 30 mercados distintos y, como ocurre con otros productores de Ribera de Duero y las otras grandes DO españolas, han consolidado algunos mercados. Pese a todo, siguen creciendo en otros países, con la vista puesta en la competencia de vinos franceses, chilenos, italianos y de otras procedencias.