Especial 20 Aniversario

Adiós a la ciudad: el pueblo gallego que enamora por sus casas baratas y su calidad de vida

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El precio del metro cuadrado no para de crecer, los alquileres se disparan y, mientras tanto, los salarios continúan su lenta marcha sin poder seguirles el ritmo. La vida en ciudades se ha convertido en un lujo que cada vez menos pueden permitirse. Sin embargo, lejos del bullicio urbano, Galicia guarda un as bajo la manga: pueblos llenos de vida, naturaleza y oportunidades, donde el futuro puede volver a construirse desde la calma.

Uno de esos casos es el de Ribadavia, un pueblo que no solo ha sido elegido como el más bonito de España en 2024, sino que además ofrece alquileres desde 200 euros, viviendas por 70.000 y hasta oportunidades laborales. ¿Estamos ante una nueva forma de entender el éxito?

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Ciudades imposibles: cuando vivir ya no es sinónimo de prosperar

Ciudades imposibles: cuando vivir ya no es sinónimo de prosperar
Fuente: Agencias

El acceso a la vivienda en las grandes ciudades españolas está alcanzando un punto de no retorno. El coste medio del alquiler en Santiago de Compostela ronda ya los 750 euros mensuales, en A Coruña supera los 800 y en Vigo se mueve por cifras similares, sin mencionar Madrid ni Barcelona. A esto hay que sumarle el encarecimiento del coste de vida: alimentación, transporte y servicios básicos. Todo sube, menos los sueldos.

Mientras tanto, Galicia mantiene una de las tasas salariales más bajas del país. Según los últimos datos del INE, el salario medio bruto en la comunidad se sitúa por debajo de los 1.700 euros al mes. La ecuación es tan simple como alarmante: vivir en la ciudad ya no es sinónimo de prosperar, sino de resistir.

Y es que, más allá del atractivo cultural y económico de las grandes urbes, la realidad se impone: muchos jóvenes no pueden emanciparse, las familias apenas logran llegar a fin de mes y los jubilados que antes podían mantenerse con cierta holgura hoy miran con lupa cada gasto. Este desequilibrio ha hecho que muchas personas empiecen a mirar en otra dirección: hacia los pueblos.

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