El FC Barcelona se llevó tres puntos que valen oro en su visita a Valladolid, pero lo hizo sufriendo más de la cuenta por culpa de una decisión que rozó lo imperdonable. Hansi Flick, el técnico alemán que ha liderado al equipo durante esta temporada, se la jugó con una rotación masiva que estuvo a punto de salirle carísima.
En un momento tan decisivo del campeonato, apostó por un once lleno de suplentes y juveniles, y eso permitió que el Valladolid —un equipo ya descendido— se adelantara en el marcador. LaLiga no se gana sola, hay que pelearla hasta el final. Y el Barça estuvo peligrosamente cerca de regalarla por una mala lectura de su entrenador.
6Un Barça que ya se acostumbró a sufrir y Hansi Flick lo sabe
Lo de Valladolid no fue una excepción. El Barça de Flick ha ganado sus últimos cuatro partidos ligueros por la mínima y siempre al borde del abismo: Betis (1-1), Celta (4-3), Leganés (0-1) y Mallorca (1-0). Sí, las victorias suman igual, pero el patrón de sufrimiento constante preocupa.
El equipo depende en exceso del talento individual para resolver partidos que debería controlar colectivamente. El propio Flick lo reconoció. “En el descanso les he explicado qué había que cambiar”. La sensación es que el Barça no domina los partidos, sino que los sobrevive.