El FC Barcelona se llevó tres puntos que valen oro en su visita a Valladolid, pero lo hizo sufriendo más de la cuenta por culpa de una decisión que rozó lo imperdonable. Hansi Flick, el técnico alemán que ha liderado al equipo durante esta temporada, se la jugó con una rotación masiva que estuvo a punto de salirle carísima.
En un momento tan decisivo del campeonato, apostó por un once lleno de suplentes y juveniles, y eso permitió que el Valladolid —un equipo ya descendido— se adelantara en el marcador. LaLiga no se gana sola, hay que pelearla hasta el final. Y el Barça estuvo peligrosamente cerca de regalarla por una mala lectura de su entrenador.
1Un primer tiempo para el olvido

Desde el primer minuto, el conjunto culé se mostró irreconocible. Sin ideas, sin ritmo y completamente desconectado entre líneas. Hansi Flick había metido hasta nueve cambios respecto al equipo titular habitual, rompiendo de golpe una estructura que venía funcionando bien.
La falta de cohesión fue evidente. Y el Valladolid, aunque ya sin objetivos deportivos, salió con más intensidad y encontró su premio. Es la quinta vez en los últimos seis partidos que el Barça empieza perdiendo. Una señal de alarma clara que apunta a errores repetidos en la preparación de los partidos.