Ryanair, la aerolínea de bajo coste más grande de Europa, y también más “polémica”, ha dado un nuevo giro a su política operativa que no ha pasado desapercibido. En un contexto de creciente presión regulatoria y numerosas quejas de consumidores, la compañía ha anunciado la eliminación de las tarjetas de embarque físicas en un intento de modernizar sus procesos y responder a las críticas que la señalan por sus supuestas tasas ocultas.
De acuerdo a lo anunciado por los propios representantes de la compañía, esta decisión se enmarca en una estrategia más amplia con la que la empresa busca ganar transparencia y mejorar su imagen ante el público y las autoridades europeas, algo que no le viene nada mal después de todas las polémicas generadas en los últimos meses.
Además de suprimir las tradicionales tarjetas impresas, Ryanair ha salido al paso de la controversia con una respuesta directa a los señalamientos sobre cargos adicionales que, según diversas asociaciones de consumidores, no se comunican de forma clara.
La aerolínea irlandesa asegura que todos sus costes están debidamente detallados durante el proceso de reserva y acusa a ciertos intermediarios digitales de distorsionar su política de precios. En medio de este debate, las autoridades de países como España e Italia ya han solicitado a la compañía que modifique algunas de sus prácticas comerciales, lo que podría marcar un punto de inflexión en el modelo de negocio de las aerolíneas low cost en Europa.
Adiós a las tarjetas de embarque impresas: Ryanair se digitaliza
Lo cierto es que Ryanair ha dado un paso decisivo hacia la digitalización total de sus operaciones, lo quieran creer o no los usuarios de la aerolínea que están acostumbrados a las medidas un tanto “improvisadas” de la compañía. A partir del 3 de noviembre de 2025, la compañía eliminará la obligación de presentar la tarjeta de embarque impresa, una medida que, durante años, ha sido fuente de quejas por parte de los pasajeros.
Así que, desde esa fecha, quienes viajen con la aerolínea deberán realizar el check-in online y mostrar su tarjeta directamente desde la aplicación MyRyanair, que ya concentra la gestión de la mayoría de los vuelos. Esta iniciativa supone un cambio estructural en la experiencia de viaje con la compañía, que busca simplificar el proceso y reducir costes, créanlo o no, las políticas de Ryanair están cambiando.
Con la desaparición de las tarjetas impresas, también se eliminan cargos que muchos usuarios consideraban abusivos. Costes como los 20 euros por reimpresión de billete o los 50 euros por realizar el check-in en el aeropuerto pasarán a formar parte del pasado.
Solo quienes requieran asistencia especial o facturación de equipaje deberán acudir a los mostradores, ya que la mayoría de los servicios se gestionarán desde la app. Ryanair afirma que esta transición no solo es una apuesta tecnológica, sino una forma de responder directamente a las demandas de sus pasajeros.
Ryanair hace tres excepciones importantes

A pesar del avance hacia una operativa completamente digital, Ryanair ha aclarado que existen tres excepciones (porque todo no podía ser perfecto con esta compañía) donde la tarjeta de embarque en papel seguirá siendo obligatoria.
Los aeropuertos situados en Turquía, Marruecos y Tirana (Albania) no admitirán tarjetas móviles, lo que obliga a los pasajeros a imprimir su billete antes de viajar. Esta medida responde, según fuentes de la aerolínea, a regulaciones locales que aún no permiten el uso de documentos digitales en los controles de seguridad y embarque.
De esta manera, quienes vuelen desde o hacia estos destinos deberán prestar especial atención al procedimiento, ya que presentarse sin el documento en papel podría impedir el embarque o generar cargos adicionales y ya sabemos que con esta aerolínea es mejor prevenir inconvenientes. Ryanair ha recomendado a los viajeros revisar cuidadosamente los requisitos de cada aeropuerto antes de su salida, con el fin de evitar malentendidos.
Esta excepción, aunque limitada por el momento, pero marca el inicio de lo que podría ser un nuevo un futuro mucho más “sostenible” para la aerolínea, además, subraya la necesidad de mantener una comunicación clara y actualizada con los usuarios, especialmente en el marco de cambios tecnológicos relevantes.