Muchas personas tienden a restar importancia a las molestias que sienten en su día a día, considerándolas pasajeras y sin mayor relevancia. El dolor de cabeza es uno de esos malestares que casi todos hemos experimentado alguna vez y que solemos aliviar con un analgésico, esperando que desaparezca por sí solo mientras continuamos con nuestras actividades cotidianas. Sin embargo, existe un tipo específico de cefalea que nunca debe ser subestimado, ya que podría ser la manifestación de una condición potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata.
La cefalea en trueno o de inicio súbito es una variante particularmente peligrosa que se caracteriza por alcanzar su máxima intensidad en cuestión de segundos o minutos, como si un rayo atravesara el cerebro sin previo aviso, dejando a quien la padece prácticamente incapacitado. Este tipo de dolor de cabeza explosivo puede ser la primera señal de una hemorragia subaracnoidea, una emergencia médica en la que la sangre se filtra entre el cerebro y el tejido que lo recubre. Ignorar estos síntomas podría tener consecuencias fatales, por lo que resulta fundamental conocer sus características y saber distinguirlo de otras cefaleas más comunes.
4FACTORES DE RIESGO: ¿QUIÉN DEBE ESTAR MÁS ALERTA ANTE ESTE DOLOR DE CABEZA?

Aunque la cefalea en trueno puede afectar a personas de cualquier edad y condición, existen factores que aumentan la probabilidad de sufrir una hemorragia subaracnoidea por ruptura de aneurisma. La hipertensión arterial mal controlada constituye uno de los principales factores modificables, elevando de forma silenciosa pero constante la presión sobre las paredes arteriales ya debilitadas hasta que finalmente ceden bajo la tensión. El tabaquismo multiplica por tres el riesgo, no solo de formación de aneurismas sino también de su ruptura, debido al deterioro que causa en la elasticidad de los vasos sanguíneos.
Los antecedentes familiares también juegan un papel importante, ya que existe un componente genético en la predisposición a desarrollar aneurismas cerebrales. Las personas con familiares de primer grado que han sufrido hemorragias subaracnoideas tienen un riesgo hasta cuatro veces mayor de padecer esta condición. Otros factores menos modificables incluyen ser mujer, con una prevalencia casi dos veces mayor debido a factores hormonales que afectan a la integridad de las paredes vasculares, especialmente después de la menopausia. Las personas con trastornos del tejido conectivo como el síndrome de Ehlers-Danlos o la poliquistosis renal también presentan mayor vulnerabilidad a esta emergencia médica, lo que les obliga a estar particularmente atentos ante cualquier dolor de cabeza inusual.