Especial 20 Aniversario

La fruta «prohibida» para diabéticos que en realidad estabiliza su azúcar

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Durante décadas, los pacientes con diabetes han recibido recomendaciones contradictorias sobre el consumo de ciertas frutas en su dieta cotidiana. La fruta ha sido señalada erróneamente como enemiga del control glucémico, creando mitos y restricciones innecesarias que han privado a muchos de beneficios nutricionales fundamentales. Estas creencias, arraigadas en la desinformación y simplificaciones excesivas, han dejado huella en las decisiones alimentarias de millones de personas en España que padecen esta enfermedad metabólica.

Entre los alimentos más incomprendidos destacan especialmente los arándanos, un pequeño tesoro azul frecuentemente relegado a la lista de frutas «prohibidas» por su sabor dulce y jugoso. Sin embargo, la investigación científica actual desmiente categóricamente esta clasificación errónea, revelando que este diminuto fruto del bosque no solo resulta adecuado para personas con diabetes, sino que además puede convertirse en un aliado poderoso para la estabilización de los niveles de glucosa en sangre gracias a sus propiedades bioactivas únicas y su perfil nutricional excepcional.

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LOS ARÁNDANOS Y SU MALA REPUTACIÓN INJUSTIFICADA

Fuente: Freepik

Los mitos sobre la alimentación diabética han persistido durante generaciones, creando dogmas difíciles de desarraigar incluso entre profesionales sanitarios. Muchos especialistas en endocrinología clasificaban toda fruta de sabor dulce como potencialmente peligrosa, ignorando las profundas diferencias metabólicas entre los diversos tipos de azúcares naturales, lo que llevó a recomendaciones simplistas que privaron a los pacientes de opciones alimentarias valiosas. Esta generalización ha resultado particularmente injusta para los arándanos, que han permanecido bajo sospecha debido a percepciones equivocadas sobre su impacto glucémico.

La realidad científica contradice frontalmente estos prejuicios alimentarios tan extendidos en nuestro país. Estudios realizados por universidades de prestigio internacional han demostrado que los arándanos presentan un índice glucémico notablemente bajo, situado en torno a 53 puntos en la escala estándar, lo que los convierte en una fruta perfectamente compatible con dietas para el control de la diabetes y los distingue claramente de otras opciones frutales que sí provocan elevaciones bruscas de la glucemia. Esta característica, combinada con su alto contenido en fibra soluble, explica por qué los arándanos provocan una respuesta insulínica mucho más moderada y sostenible.

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