Hay cosas que simplemente funcionan. Como el café por la mañana. O como unas buenas gafas de sol. Y si además hablamos de celebridades, ahí la cosa se pone seria: no hay alfombra roja, festival o foto robada sin unas gafas que digan “aquí estoy yo”.
Pero no todo es postureo. Las gafas de sol han sido, desde hace décadas, una especie de escudo invisible para los famosos. A veces para protegerse de los flashes, otras para marcar estilo, y muchas simplemente porque quedan de escándalo. Y entre todas las marcas, hay dos que se repiten como un mantra: Ray-Ban y Oakley. ¿Te suenan? Ya lo creo.
El amor eterno entre los famosos y las gafas de sol
Vamos a decirlo claro: las gafas no son solo para el sol. Son una herramienta. Un toque final. Un gesto. Un mensaje sin palabras. ¿Cuántas veces has visto a alguien con gafas oscuras y has pensado “wow, qué estilo”? Exacto.
Los famosos lo saben desde siempre. De hecho, algunos directamente han construido su imagen en torno a un par de gafas.
- ¿Recuerdas a Tom Cruise en Top Gun con sus Ray-Ban Aviator?
- ¿O a los Blues Brothers, que prácticamente hicieron campaña eterna por las Wayfarer?
- ¿Y qué me dices de Lady Gaga, que ha convertido las gafas en arte escénico?
Las gafas hablan. Y los que están bajo los focos saben muy bien lo que dicen.
Ray-Ban: el clásico que no caduca
Ray-Ban es una de esas marcas que no pasa de moda porque nunca ha estado realmente de moda: simplemente ha estado siempre. Desde los años 50, cuando las llevaban los pilotos, hasta hoy, que las puedes ver en cualquier esquina… y en cualquier alfombra roja.
Lo mejor es que sus modelos no envejecen. Las Aviator siguen tan actuales como cuando aparecieron por primera vez. Las Wayfarer siguen teniendo ese aire rebelde e intelectual al mismo tiempo. Y si vas más por lo retro elegante, ahí están las Clubmaster.
Muchos famosos tienen varios pares. Y si no los ves con ellas, es probablemente porque las llevan en la guantera del coche.
Oakley: para los que no siguen las reglas
Si Ray-Ban es el traje bien cortado, Oakley es la chaqueta de cuero. Son para los que quieren algo diferente. Algo con un diseño un poco más atrevido, un poco más “me da igual lo que pienses”.
Oakley empezó fuerte en el mundo del deporte –ciclistas, snowboarders, corredores–, pero poco a poco se coló en otros ámbitos. Músicos, actores, modelos… hasta directores de cine se han declarado fans.
Lo que diferencia a Oakley no es solo el diseño, sino la tecnología detrás de sus lentes. Están hechas para durar, para proteger, y sí, para llamar la atención. En el buen sentido.
Algunas caras conocidas y sus gafas inseparables
Podríamos hacer una enciclopedia, pero aquí van algunos clásicos de todos los tiempos:
- Johnny Depp, con sus lentes redondas siempre medio caídas en la nariz, entre bohemio y rockero pasado de vueltas.
- Rihanna, que puede llevar cualquier cosa y hacer que funcione. Pero si hay gafas de sol de por medio, todavía mejor.
- Pharrell Williams, auténtico coleccionista de modelos raros.
- Gigi Hadid, que ha sabido combinar el estilo old school de Ray-Ban con gafas micro y futuristas.
- David Beckham, que probablemente elija las gafas como elige sus trajes: con precisión quirúrgica.
Pequeñas curiosidades que quizá no sabías
Este mundo de gafas y famosos está lleno de detalles curiosos. Por ejemplo:
- Las Wayfarer estuvieron a punto de desaparecer en los 80, hasta que Hollywood las rescató. En serio. En tres años salieron en más de 60 películas.
- Las gafas de sol, en muchas fotos de celebrities, no están ahí por casualidad: forman parte de contratos de imagen con las marcas.
- Oakley tiene modelos que se han usado incluso en misiones espaciales. No es broma.
- Algunas celebridades tienen estilistas que solo se encargan de elegir qué gafas usar en público.
- Hay modelos de edición limitada que solo se fabrican para premiaciones o eventos puntuales.
¿Y nosotros, los mortales?
No hace falta ser famoso para llevar unas buenas gafas. Lo interesante es que todos podemos tener ese “algo”. A veces, unas gafas bien elegidas cambian todo: la forma en que caminas, cómo te sientes, incluso cómo te miran los demás.
El truco está en encontrar ese par que encaje contigo. Que no se vea forzado. Que no grite “mira lo que me he puesto”, sino que susurre “así soy yo”.
Y si son gafas de sol Ray-Ban originales o Oakley, ya tienes la mitad del camino hecho.
Porque sí, las gafas también cuentan historias
Cada marca tiene su propio relato. Ray-Ban, por ejemplo, siempre ha estado ligada a la libertad, al cine, a lo atemporal. Es como ese disco de vinilo que nunca te cansas de poner.
Oakley, en cambio, tiene una energía más eléctrica, más valiente. Es innovación, deporte, velocidad.
Ambas tienen algo en común: no están ahí solo para tapar el sol. Están para añadir carácter.
Las gafas de sol son muchas cosas. Protección, estilo, misterio. Pero sobre todo, son una forma de mirar (y de ser mirado). Y eso, en tiempos donde todo pasa tan rápido, sigue teniendo un valor enorme.
Así que la próxima vez que salgas a la calle y veas a alguien con unas Ray-Ban o unas Oakley bien puestas, ya sabes: no es solo moda. Es una declaración.