Especial 20 Aniversario

La función secreta de tu lavadora que alarga la vida de tu ropa

-

La lavadora, esa fiel compañera de fatigas domésticas que nos libera de horas de fregoteo a mano, guarda secretos que van más allá de seleccionar el programa adecuado para la seda o el algodón. Pocos saben que existe una función específica en su lavadora diseñada no para la ropa, sino para el propio electrodoméstico, una característica crucial que puede marcar la diferencia entre prendas que duran años y otras que parecen envejecer prematuramente, además de evitar olores desagradables y la transferencia de huéspedes indeseados a nuestra colada. Es hora de desvelar ese misterio y comprender por qué ignorarlo puede estar acortando la vida útil de nuestras prendas favoritas y comprometiendo su higiene.

En el corazón de nuestro hogar, este aparato trabaja sin descanso, pero su interior, ese tambor que vemos girar una y otra vez, puede convertirse en un microcosmos invisible si no le prestamos la atención debida. La humedad constante, los restos de detergente y suavizante, las fibras de tejido desprendidas y la cal del agua crean un caldo de cultivo perfecto para bacterias y hongos, , enemigos silenciosos que prosperan en la oscuridad y la humedad residual tras cada lavado. Ignorar esta realidad no solo afecta al rendimiento del electrodoméstico, sino que tiene consecuencias directas sobre la ropa que confiamos a su cuidado, impregnándola de olores persistentes y, lo que es peor, de microorganismos que preferiríamos mantener bien lejos de nuestra piel.

5
EL MANTENIMIENTO ES LA CLAVE: CÓMO Y CUÁNDO USAR ESTA FUNCIÓN MILAGROSA

Fuente: Freepik

Integrar el ciclo de limpieza del tambor en nuestra rutina de mantenimiento del hogar es más sencillo de lo que parece y esencial para el rendimiento óptimo de nuestra lavadora. La frecuencia recomendada suele variar según el uso que le demos al electrodoméstico y la dureza del agua en nuestra zona, pero una buena regla general es realizar una limpieza cada uno o tres meses. Consultar el manual de instrucciones de nuestro modelo específico es siempre el primer paso, , ya que algunos fabricantes pueden ofrecer recomendaciones concretas sobre la frecuencia y el procedimiento exacto a seguir para su aparato en particular.

El proceso en sí suele ser muy simple: asegurarse de que la lavadora está completamente vacía (sin ropa), añadir el producto limpiador recomendado por el fabricante o una alternativa casera como vinagre o bicarbonato directamente en el tambor o en el cajetín del detergente (según indique el manual), seleccionar el ciclo específico de limpieza de tambor (a veces etiquetado como «Limpieza de cuba», «Drum Clean», «Autolimpieza» o similar) y dejar que la máquina haga su trabajo. Este pequeño gesto periódico no solo previene los malos olores y la transferencia de bacterias, sino que también contribuye a mantener la eficiencia energética de la lavadora, , evita averías relacionadas con la acumulación de residuos y, en última instancia, alarga la vida útil tanto del electrodoméstico como de nuestra preciada ropa, demostrando que el cuidado de la lavadora es fundamental. Confiar en las capacidades de nuestra lavadora implica también cuidarla adecuadamente.

Siguiente