Juancho Hernangómez y Panathinaikos lanzan un serio aviso en los playoffs
El campeón de la Euroliga ha comenzado la defensa del título con una actuación que ha sonado en todo el continente. En un duelo de alto voltaje ante Anadolu Efes, Panathinaikos se quedó con el primer punto de la serie gracias a un ajustado 87-83, en un partido donde Juancho Hernangómez brilló con luz propia. El español firmó su mejor actuación en la Euroliga y se convirtió en el gran héroe de un encuentro que estuvo al borde de la derrota en los instantes finales.
La batalla en el OAKA tuvo de todo. Remontadas intensas, parciales extremos, tensión a flor de piel y un desenlace definido por pequeños detalles. En medio de esa tormenta emocional, Juancho Hernangómez se erigió como el líder indiscutible. Con 20 puntos, 16 rebotes y 40 de valoración, el ala-pívot firmó cifras que no solo son récord personal, sino también dignas de una noche para el recuerdo en el baloncesto europeo.
Un despliegue total para la historia de Juancho Hernangómez
Juancho Hernangómez no solo rompió sus propios registros. Apareció cuando más se le necesitaba y asumió la responsabilidad con un carácter que dejó sin palabras a muchos. Con Panathinaikos tocado tras sufrir un parcial de 0-17, el madrileño se puso el equipo al hombro y lo hizo todo. Anotó, defendió, rebotó, asistió y lideró con el aplomo de un jugador experimentado. “Ejerció de hombre orquesta”, se comentó desde las gradas del OAKA, donde su nombre fue coreado con pasión.
Durante 39 minutos en pista, Juancho Hernangómez fue el motor anímico y físico del equipo dirigido por Ergin Ataman. A sus impresionantes números ofensivos, añadió tres asistencias, tres robos y dos tapones, incluido uno clave en los últimos segundos ante Darius Thompson, que terminó por sellar la victoria. Ese bloqueo se convirtió en la imagen icónica de una noche inolvidable, tanto en lo individual como en lo colectivo.
Remontada de campeón con Juancho Hernangómez
Panathinaikos tuvo que apelar a su alma de campeón -apoyado por Juancho Hernangómez- para evitar una derrota que hubiera sido un mazazo. Aunque supo controlar el ritmo en buena parte del primer tiempo, los locales llegaron a estar doce puntos abajo (60-72) en el último cuarto, lo que parecía sentenciar el partido. Sin embargo, el corazón competitivo del campeón volvió a latir con fuerza. El OAKA revivió con un parcial de 12-0 que encendió al público y dio nueva vida al equipo. Kostas Sloukas manejó los tiempos con inteligencia, Omer Yurtseven se hizo gigante en la pintura y Kendrick Nunn, aún lejos de su mejor versión, aportó puntos clave.
Pero fue Jerian Grant quien firmó la jugada decisiva. Un triple desde la esquina que rompió el empate y selló la remontada. Curiosamente, esa fue su única anotación en todo el juego, pero llegó justo cuando más se necesitaba. El esfuerzo de Anadolu Efes no pasó desapercibido. El conjunto turco llegaba a Atenas con una racha de ocho triunfos consecutivos y mostró por qué. Con Poirier imponente en la pintura y un Shane Larkin que recordó sus mejores tiempos, los visitantes pusieron en aprietos a los griegos durante varios tramos del partido. El parcial de 2-20 antes del descanso fue una muestra del dominio que ejercieron por momentos.
Sin embargo, el cierre del encuentro fue otra historia. La falta de puntería en los minutos decisivos y el empuje del OAKA terminaron por inclinar la balanza. Poirier y Elijah Bryant lucharon hasta el final, pero la intensidad de Panathinaikos en defensa y rebote fue determinante. “El OAKA fue una caldera”, se escuchó tras el pitazo final, reflejando el ambiente infernal que se vivió en las tribunas.