El Deportivo Alavés vivió una noche amarga en Mendizorroza tras caer 0-2 ante el Rayo Vallecano. Pero si hubo un momento que marcó la diferencia, ese fue el penalti fallado por Joan Jordán.
El centrocampista decidió ejecutar la pena máxima a lo Panenka, un gesto que terminó en las manos de Augusto Batalla y que encendió la indignación del técnico Eduardo Coudet.
5La afición, desencantada y en pie de protesta
Los seguidores del Alavés, que acudieron en gran número a Mendizorroza, terminaron expresando su frustración con cánticos de protesta.
“Ia, ia, Luis García” y “Directiva dimisión” fueron algunos de los reclamos que se escucharon en la grada.
El descontento es evidente, ya que el equipo ha perdido cuatro partidos en casa y se encuentra en una posición comprometida en la tabla.