El Real Madrid, fiel a su leyenda infinita, avanza a cuartos de final de Champions League
El Real Madrid lo hizo otra vez. En un partido que parecía inclinarse a favor del Atlético de Madrid, los blancos volvieron a demostrar su mística en la Champions League. El duelo comenzó de forma explosiva con un gol de Conor Gallagher a los 28 segundos. A partir de ahí, el equipo de Carlo Ancelotti tuvo que sobrevivir a 120 minutos de un encuentro donde hubo más lesionados que goles. Al final, el pase a la siguiente ronda se decidió en una tanda de penales llena de dramatismo.
A lo largo del partido, el Real Madrid estuvo al borde de la eliminación en varias ocasiones. Vinicius falló un penal en el tiempo reglamentario, y en la tanda, Lucas Vázquez también erró su disparo. Pero, como tantas otras veces, la suerte y la mentalidad ganadora de los merengues marcaron la diferencia. El penal decisivo de Antonio Rüdiger, aunque parecía atajable, terminó escapándose de las manos de Jan Oblak.
Un duelo de alta intensidad y resistencia extrema
El Atlético de Madrid planteó un partido físico, sin concesiones, que desde el primer minuto incomodó a su rival. Reinildo anuló a Rodrygo, De Paul dominó el mediocampo y la presión de los colchoneros asfixió al Madrid. Julián Álvarez también tuvo oportunidades claras para ampliar la ventaja, obligando a Courtois a intervenir. Sin embargo, con el paso de los minutos, el Atlético perdió fuerza y frescura.
Esto permitió que el Real Madrid comenzara a tomar la iniciativa. Ancelotti reaccionó con cambios clave, como el ingreso de Brahim y el movimiento de Valverde al centro del campo. Cuando parecía que el Madrid podía imponer su juego, llegó un punto de inflexión y fue un penal a favor de los blancos. Vinicius tomó la responsabilidad, pero su disparo salió por encima del travesaño. El Atlético seguía con vida, y el partido se encaminó a la prórroga.
La tanda de penales, un destino cruel para el Atlético de Madrid de Simeone
Los 30 minutos adicionales fueron una batalla de resistencia, con ambos equipos al límite de sus fuerzas. Correa tuvo una gran oportunidad para el Atlético, pero no tomó la mejor decisión. En el otro lado, Valverde y Bellingham intentaron generar peligro, pero el cansancio hacía que cada acción ofensiva perdiera precisión.El destino llevó el desenlace a los penales, un terreno donde el Real Madrid se mueve como pez en el agua.
Mbappé, Bellingham, Valverde y Rüdiger convirtieron sus lanzamientos, aunque Lucas Vázquez falló. Por parte del Atlético, Sørloth y Correa anotaron, pero Julián Álvarez sufrió un doble toque tras resbalarse, invalidando su gol, y Marcos Llorente estrelló su disparo en el travesaño. Finalmente, cuando Rüdiger ejecutó el penal decisivo, Oblak tuvo el balón en sus manos, pero no logró contenerlo. Una vez más, el Atlético se quedó a las puertas de la gloria, y el Real Madrid escribió otro capítulo legendario en la Champions League.