Un grupo de investigadores ha logrado un avance notable al cultivar un árbol a partir de una semilla de más de 1.000 años de antigüedad, encontrada en el desierto de Judea, Israel. Esta semilla, que data de entre 993 y 1202 d.C., fue descubierta en una cueva durante excavaciones arqueológicas en la década de 1980. La especie del árbol, que pertenece al género Commiphora, está vinculada a la producción de mirra y bálsamo, elementos mencionados en la Biblia.
3La búsqueda de un pasado perdido
A pesar de su notable crecimiento, «Sheba» aún no ha florecido ni producido frutos, lo que limita el estudio de sus características reproductivas. Los científicos continúan investigando para determinar la especie exacta del árbol, que podría representar una fuente del famoso «bálsamo de Judea» mencionado en textos antiguos. Este hallazgo no solo resucita un árbol de tiempos bíblicos, sino que también ofrece una ventana fascinante hacia el pasado agrícola y medicinal de la región, recordándonos la importancia de preservar nuestro patrimonio natural.
Este avance científico destaca cómo la historia y la botánica se entrelazan, revelando secretos olvidados que podrían enriquecer nuestra comprensión de la medicina tradicional y la biodiversidad.