La historia conmovedora del pequeño víctima de ETA será honrada este fin de semana en San Vicente de Alcántara

El terrorismo es uno de los mayores flagelos que ha enfrentado la humanidad en las últimas décadas. Sus consecuencias devastadoras no conocen límites, afectando no solo a quienes son el blanco directo de sus ataques, sino también a sus familiares y a la sociedad en su conjunto. Es por ello que es imperativo mantener viva la memoria de quienes han perdido la vida a manos de estos actos de barbarie, honrando su legado y asegurándose de que sus historias no caigan en el olvido.

Tal es el caso de José María Piris Carballo, un niño de tan solo 14 años de edad que se convirtió en la primera víctima infantil de ETA, la organización terrorista vasca, el 29 de marzo de 1980 en Azkoitia, Guipúzcoa. Su trágico deceso, a raíz de la explosión de un paquete bomba destinado a un guardia civil, sacudió a la nación española y puso de manifiesto la crueldad sin límites de quienes perpetran estos actos atroces.

UN HOMENAJE PARA RECORDAR

Este sábado 24 de agosto, el Ayuntamiento de San Vicente de Alcántara y la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo (Asexvite) se unirán para rendir un merecido homenaje a José María Piris Carballo. El acto, que contará con la presencia de representantes públicos provinciales y regionales, así como miembros de Asexvite, tendrá lugar a partir de las 10:30 horas en el Parque de Joaquín Sama, muy cerca del domicilio familiar del joven fallecido.

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Durante la ceremonia, se inaugurará un monumento en memoria y homenaje a José María Piris Carballo, un gesto simbólico pero cargado de significado que busca mantener vivo el recuerdo de esta víctima inocente del terrorismo. Estos actos de reconocimiento y remembranza son fundamentales para honrar a quienes han perdido la vida de forma tan trágica, y para enviar un mensaje claro de que la sociedad no olvidará ni perdonará tales actos de barbarie.

IMPORTANCIA DE LA MEMORIA Y LA SOLIDARIDAD

La conmemoración de la vida de José María Piris Carballo no solo es un homenaje a su persona, sino también un llamado a la reflexión y a la acción. Recordar a las víctimas del terrorismo es un deber cívico y moral que nos recuerda la fragilidad de la vida y la necesidad de cultivar una sociedad más justa, tolerante y pacífica.

Además, este tipo de eventos fomentan la solidaridad y el apoyo a las familias de las víctimas, quienes deben cargar con el peso de una pérdida irreparable. Al conmemorar la vida de José María Piris Carballo, no solo honramos su memoria, sino que también enviamos un mensaje de empatía y acompañamiento a quienes han sufrido de forma directa los efectos devastadores del terrorismo.

En última instancia, mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo es un imperativo ético y social. Solo a través del recuerdo constante y el compromiso con la justicia y la paz podremos evitar que estas tragedias se repitan, y asegurarnos de que el legado de José María Piris Carballo y de todas las víctimas inocentes perdure para las generaciones venideras.

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