Especial 20 Aniversario

Un estudio indica que la dieta mediterránea influye en la exposición a metales en niños

La dieta es uno de los principales factores que influyen en la exposición a metales en la población, especialmente en el caso de los niños, quienes son más vulnerables a los efectos nocivos de una sobreexposición. Un estudio reciente, coordinado por un equipo de la Universidad Miguel Hernández (UMH) y con la colaboración de varios equipos del Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), ha revelado cómo las diferencias en la adherencia a una dieta mediterránea típica pueden afectar a la exposición de los niños a los metales presentes en los alimentos.

Los resultados de este estudio, publicados en la revista ‘Environmental Research’, resaltan la importancia de comprender cómo el tipo y la composición de la dieta modulan nuestra exposición a estos elementos. La dieta mediterránea, tradicionalmente asociada con efectos beneficiosos para la salud, se compone de una variedad de alimentos como verduras, legumbres, mariscos y carne, pero hasta ahora no estaba claro cómo este patrón dietético podía influir en la exposición a los metales.

Análisis de la Exposición a Metales en Niños

Para abordar esta cuestión, el equipo de investigación incluyó a 2.139 niños que participaron en el estudio INfancia y Medio Ambiente (INMA). Este proyecto reclutó a mujeres embarazadas de Asturias, Gipuzkoa, Sabadell y Valencia entre 2003 y 2008, y sus hijos fueron evaluados cuando tenían entre cuatro y cinco años.

En ese momento, los niños completaron cuestionarios sobre sus hábitos alimentarios y proporcionaron muestras de orina, que se analizaron para detectar la presencia y la cantidad de metales. Los autores también se aseguraron de verificar otras influencias potenciales en la exposición a los metales, como la edad, el sexo, el índice de masa corporal, el nivel socioeconómico y la ingesta total de energía.

Hallazgos Clave

Los resultados del estudio revelaron que la adherencia a la dieta mediterránea se asociaba con niveles más altos de arsenobetaína, un derivado orgánico no tóxico del arsénico, pero con niveles más bajos de cobre, un mineral esencial. El investigador de la UMH y el CIBERESP, Antonio José Signes Pastor, ha explicado que «en general, los niveles de metales reportados en este estudio fueron más bajos que los de un estudio similar italiano con niños de cinco a 11 años, aunque los niveles observados de cobalto, zinc y selenio fueron similares a los de un estudio anterior con niños mexicanos de ocho a 14 años».

Un examen más detallado de los componentes individuales de la dieta mostró que el consumo de pescado y mariscos específicamente se asociaba con niveles más altos de arsenobetaína, lo que es consistente con estudios anteriores. Por otro lado, no se encontró una razón clara para explicar los niveles reducidos de cobre, aunque el consumo de carne en el grupo de estudio fue casi un 30 por ciento menor que el informado en niños de edad similar en toda España, lo que puede haber influido.

Implicaciones y Futuras Investigaciones

Los autores han abogado por realizar en un futuro un estudio longitudinal en esta área, que mediría la dieta y los metales en las mismas personas en varios momentos. Esto permitiría obtener una visión más completa de la relación entre la dieta mediterránea y la exposición a metales a lo largo del tiempo.

En última instancia, este estudio muestra que la adherencia a la dieta mediterránea aumenta la exposición a algunos metales, pero reduce la exposición a otros, y destaca la importancia de considerar los componentes individuales de la dieta al evaluar su impacto en la exposición a estos elementos, especialmente en el caso de los niños, quienes son más vulnerables a sus efectos.