El Papa Francisco anima a los religiosos a primar la caridad frente a los títulos

En un discurso dirigido a los líderes de varias congregaciones religiosas, el Papa Francisco ha hecho un llamado apasionado a sus seguidores para que sean caritativos y se abstengan de "descartar" a las personas. El Pontífice enfatizó que en el "examen final" de la vida cristiana, lo que realmente importará serán los gestos de amor hacia los pobres y los marginados, y no los títulos o los logros académicos.

Durante la audiencia, el Papa Francisco abordó tres dimensiones clave que son comunes a las diferentes realidades de estas congregaciones: el discernimiento, la formación y la caridad. Respecto a esta última, el Pontífice advirtió a los religiosos que en el juicio final, Dios no les preguntará sobre sus estudios o carreras, sino sobre los actos de amor que hayan realizado hacia los menos afortunados.

"Por favor, no descartéis a las personas, no seleccionéis a las personas con criterios mundanos: lo importantes que son, cuánto dinero tienen. Estos criterios mundanos: ¡fuera! No descartes, sino recibe, abraza a todos, ama a todos", enfatizó.

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EL LLAMADO A LA CARIDAD

El Papa Francisco instó a los religiosos a tener "constantemente" ante sus ojos "el rostro de los pobres" y a cultivar en sus asambleas "el impulso de la gratuidad y del amor desinteresado". Según el Pontífice, este es el "antídoto eficaz" para superar la "cultura del descarte" que cada vez más permea nuestra sociedad.

Francisco subrayó que el mundo actual tiene una gran necesidad de redescubrir el gusto y la belleza de decidir, especialmente en lo que respecta a las opciones vocacionales. En este sentido, resaltó la importancia de que haya "padres y madres que ayuden, especialmente a los jóvenes, a comprender que ser libre no significa permanecer eternamente en una encrucijada, haciendo pequeñas 'escapadas' a diestro y siniestro, sin tomar nunca un camino".

EL RETO DEL DISCERNIMIENTO

En cuanto al discernimiento, el Papa reconoció que "es un trabajo agotador" porque implica un tiempo "de oración, de meditación, de espera paciente y luego de valentía y sacrificio, para hacer concreto y operativo lo que Dios, sin jamás imponer su voluntad sugiere". Sin embargo, enfatizó que esta es una habilidad fundamental que el mundo necesita desarrollar, especialmente en lo que respecta a las "opciones definitivas, que determinan un punto de inflexión decisivo en la vida".

LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN

Finalmente, en lo que respecta a la formación, el Papa Francisco recalcó que, en un contexto social y cultural "caracterizado por una circulación vertiginosa y continua de información, pero por otra parte dramáticamente pobre en relaciones humanas", es crucial contar con "educadores que sepan convertirse con amor en compañeros y acompañantes de camino". Estos formadores, según el Pontífice, deberán ser capaces de guiar a los jóvenes en su búsqueda de sentido y propósito, ayudándoles a tomar decisiones trascendentales para sus vidas.

En resumen, el Papa Francisco ha lanzado un llamado apremiante a los líderes religiosos para que sean ejemplos vivientes de caridad, discernimiento y formación, con el fin de inspirar a sus seguidores a adoptar una actitud de compasión y apertura hacia los más necesitados de la sociedad. Su mensaje subraya la importancia de trascender los criterios mundanos y enfocarse en los valores evangélicos que deben guiar el ministerio de la Iglesia.

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