La muerte de dos militares durante un entrenamiento en el campo de maniobras de Cerro Muriano ha desencadenado una investigación judicial que revela una situación de caos y pánico durante el ejercicio. El Juzgado Togado Central Número Dos ha procesado a varios mandos por presuntas negligencias que habrían provocado la tragedia.
El auto del juzgado detalla los hechos ocurridos el 21 de diciembre de 2023, cuando una unidad del Ejército de Tierra debía llevar a cabo una práctica de paso o cruce táctico de río en el pantano de Casa Mata. Según la planificación del capitán Zúñiga, el ejercicio se realizaría el viernes 22 de diciembre, pero finalmente se adelantó al día 21.
Cuerda, Frío y Pánico en el Pantano
El capitán ordenó al sargento Castroviejo la colocación de una cuerda dinámica que atravesaba el pantano, con el objetivo de que los soldados no hicieran pie durante el cruce y realizaran una práctica de flotabilidad. Sin embargo, algunos miembros de la tropa advirtieron al sargento que el ejercicio podría ser «poco adecuado» debido a la profundidad del pantano.
A pesar de estas advertencias, el ejercicio se llevó a cabo según lo planificado por el capitán. Cuando los soldados llegaron al pantano, se despojaron de parte de su equipo para aligerar carga, pero algunos continuaban portando mochilas de más de 3 kilos. El capitán y el teniente Tato explicaron cómo deberían cruzar, indicando que la cuerda era sólo para «extrema necesidad», pero que deberían progresar por sus propios medios.
Según el relato judicial, en cuanto los efectivos entraron en el agua, se produjo una situación desordenada, con los soldados tropezándose y adelantándose de forma anárquica. El frío extremo del agua les dificultaba incluso la respiración, y las mochilas no servían como ayuda para la flotabilidad. Esto desencadenó un estado de pánico entre los militares, que comenzaron a pedir socorro y a agarrarse desesperadamente a la cuerda, la cual terminó hundiéndose por el peso.
Ausencia de Medios Preventivos
El auto del juzgado revela que en el lugar del ejercicio no había ningún medio de flotabilidad auxiliar, ni salvavidas, flotadores o lanchas neumáticas, tampoco personal equipado para hacer rescates en el agua ni ambulancia en las orillas del pantano. Además, los efectivos desconocían las características del pantano, su profundidad y no habían realizado ninguna práctica de soltura acuática con anterioridad.
Según el relato, el capitán «daba gritos e instrucciones» a los soldados, pero sus indicaciones resultaban ininteligibles y contradictorias, pues les gritaba que se soltaran de la cuerda, que nadaran, que usaran las mochilas, que socorrieran a los compañeros, y también que soltaran la cuerda. El capitán sólo se introdujo en el agua cuando supo que el cabo Jiménez había desaparecido, realizando una búsqueda infructuosa.
Finalmente, el cabo Jiménez y el soldado León Rico fallecieron por «síndrome anóxico por sumersión», mientras otros dos militares necesitaron asistencia médica por síntomas de hipotermia.
Responsabilidades y Consecuencias
El Juzgado Togado Central Número Dos ha procesado al capitán Zúñiga, el teniente Tato, el sargento Castroviejo, el teniente coronel Zanfaño, el comandante Velasco y el coronel Navarro por presuntas negligencias en el desarrollo del ejercicio. Todos ellos se encuentran en libertad provisional, con la obligación de presentarse mensualmente ante el juzgado.
El auto señala que el teniente coronel Zanfaño y el comandante Velasco no supervisaron adecuadamente la actividad, mientras que el coronel Navarro tampoco solicitó explicaciones sobre los ejercicios planificados. Esta tragedia ha puesto en evidencia la ausencia de medios preventivos y la falta de previsión por parte de los mandos, cuyas decisiones y acciones han sido cuestionadas por la justicia militar.