El enviado especial de OkDiario a Venezuela, Cake Minuesa, fue detenido en Caracas tras reportar sobre la controvertida jornada electoral del país latinoamericano. La desaparición del también abogado y presentador del programa ‘Ciudadano Cake’ en Telemadrid ha sido denunciado tanto por los medios donde trabaja como por varias figuras políticas como el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, Santiago Abascal y Cayetana Álvarez de Toledo. Es una muestra más de la disposición del régimen de Nicolás Maduro de silenciar las voces de los medios internacionales que ponen en duda el resultado electoral.
Como se puede ver en OkDiario y en las redes de Minuesa ya había avisado previamente de que se encontraba en peligro. La decisión demuestra una vez más el talante totalitario del Gobierno, y su poco interés en permitir voces diferentes a las que son convenientes para seguir su funcionamiento.
«Ante esas amenazas sólo puedo decir que tengo miedo», confesó el reportero de OkDiario en el último video antes de su detención, aunque aseguró que eso no le impediría seguir con su labor. «Me voy a enfrentar a él porque mi trabajo es mostrar la verdad sin maquillaje y hacer denuncia social (…) Para que la democracia venza debe haber libertad de expresión y mi compromiso es inequívoco, como siempre, con la libertad. Venezuela quiere salir del totalitarismo», contó.
Es uno más en la lista de detenciones arbitrarias en Venezuela. Más allá de las posiciones específicas de cada uno de los detenidos, ha sido evidente que el Gobierno no se ve cómodo con voces diferentes a la suya, como lo demostró el bloqueo de varios medios con línea editorial opositora pocos días antes de la elección.
UNA ELECCIÓN EN DUDA
Varios líderes de centro y sur del continente americano han salido al paso de los resultados electorales en Venezuela, donde el recuento provisional al 80 por ciento concede la victoria al presidente Nicolás Maduro con algo más de la mitad de los votos, y han expresado sus dudas por el recuento.
Una de las voces más críticas ha sido la del presidente de Chile, Gabriel Boric, quien considera que los resultados en Venezuela «son difíciles de creer» y ha advertido de que su Gobierno no reconocerá «ningún resultado que no sea verificable».
«El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable», ha señalado.
El ministro de Exteriores chileno, Alberto van Klaveren, ha aclarado que se abstendrán de reconocer cualquier resultado que no sea verificable porque creen «que es importante esperar la opinión de los observadores internacionales, así como el examen de todas las actas, que deberán ser revisadas por la oposición».
Tras estas declaraciones, el jefe de la diplomacia venezolana, Yvan Gil, ha afirmado que la «incompetencia» de Boric «es la causa de desconocer que los hijos de Bolívar y de (Hugo) Chávez no» necesitan su «devaluado reconocimiento». «Aquí sí derrotamos el fascismo con votos y con apoyo popular, y además somos libres de tutelajes, cosa que lastimosamente su Gobierno no puede decir jamás. ¡Ocúpese de sus problemas! Acá ganamos, defendemos el triunfo y celebramos como verdaderos revolucionarios», ha aseverado.
Las críticas al proceso electoral venezolano también han llegado desde Perú. El ministro de Exteriores andino, Javier González-Olaechea, ha condenado «en todos sus extremos la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del Gobierno de Venezuela».
Además, «ante los muy graves anuncios oficiales de las autoridades electorales venezolanas», las autoridades de Perú han llamado a consultas a su embajador en Caracas, según ha expresado el propio González-Olaechea en sus redes sociales.