La Comissió Ciutat-Port exigen detener la ampliación del Puerto de Valencia

La ciudad de Valencia se ha visto sacudida por una nueva ola de protestas ambientales, esta vez en la playa de El Saler. Decenas de personas se han congregado para exigir la paralización de la ampliación norte del Puerto de Valencia, con el objetivo de «evitar así que se produzcan más vertidos» como el que se ha registrado esta semana en los arenales aledaños al Parque Natural de l’Albufera.

Los manifestantes, convocados por la Comisión Ciutat-Puerto, advierten que este proyecto de ampliación «aumentará las posibilidades» de vertidos accidentales, los cuales «ponen en riesgo la biodiversidad marina así como la integridad de este parque natural».

Según señalan, lo ocurrido esta semana es «solo una advertencia de aquello que está por venir», y enfatizan que «nos enfrentamos a un escenario muy cambiante de emergencia climática lleno de incertidumbres, con unas proyecciones megalómanas de carácter industrial y urbanístico en áreas especialmente vulnerables».

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Amenaza a la Biodiversidad Marina

Los activistas expresan su preocupación por los impactos que el vertido pueda haber ocasionado sobre la biodiversidad marina, y hacen hincapié en la presencia de especies vulnerables como el chorlitejo patinegro y el gorrión, catalogado como vulnerable en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazada. Consideran que la ubicación actual de la zona de espera de los buques, cercana a la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), aumenta el riesgo de afectación a la fauna en caso de desastres como el reciente.

Llamado a la Resiliencia y un Nuevo Modelo Productivo

Los manifestantes señalan que «la pérdida de resiliencia» del territorio y «el estado alarmante de conservación en que se encuentran los pocos espacios naturales que nos quedan» exigen repensar el tejido productivo y económico con el que se está modelando la ciudad. Sostienen que «apostando por este tipo de actividades asumimos unos peligros que cuando provocan estas situaciones no estamos dispuestos a aceptar».

En este sentido, hacen un llamado a buscar un nuevo emplazamiento para el área de espera de los buques, con el fin de «evitar que ante desastres como el actual las afecciones sobre la fauna sean menores». Además, se ponen a disposición de las autoridades para colaborar en las tareas de limpieza, demostrando su compromiso con la preservación del entorno.

La protesta en El Saler es un reflejo de la creciente preocupación de la ciudadanía valenciana por los impactos ambientales y la urgencia de adoptar un modelo de desarrollo más sostenible y resiliente. Ante los desafíos de la emergencia climática y la fragilidad de los ecosistemas, las autoridades se enfrentan al reto de encontrar un equilibrio entre las necesidades económicas y la preservación del patrimonio natural.

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