El Gobierno es cuestionado por la Junta por su manejo de la realidad de los menores migrantes

La cuestión de los menores migrantes que cruzan las fronteras de España es un asunto de gran complejidad y sensibilidad que ha estado en el centro del debate público en los últimos años. Recientemente, la consejera de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de Andalucía, Loles López, ha acusado a la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, de querer «tapar la realidad» de 454 menores migrantes que han entrado como adultos en Andalucía procedentes desde Canarias.

Este caso pone de manifiesto la necesidad de abordar esta problemática con el rigor y la empatía que requiere, alejándose de posicionamientos políticos que puedan dificultar la búsqueda de soluciones efectivas y duraderas.

Conflicto entre Administraciones: La Falta de Coordinación como Obstáculo

Según las declaraciones de la consejera andaluza, el Gobierno central «trasladó a estos menores sin dar conocimiento» al Gobierno autonómico, lo cual evidencia una preocupante falta de coordinación entre las diferentes instancias administrativas. Esta situación ha generado malestar y ha dificultado la atención adecuada a estos jóvenes vulnerables.

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La consejera también ha asegurado que la ministra «conoce los casos«, haciendo referencia a una carta enviada en febrero y a las conferencias sectoriales donde se lo ha trasladado «personalmente«. Esta afirmación pone de manifiesto la necesidad de una comunicación fluida y una colaboración efectiva entre los distintos niveles de gobierno para abordar esta problemática de manera integral.

Además, la titular de Inclusión Social ha lamentado que el Gobierno «catalogue a los niños de primera y de segunda«, lo que refleja una preocupación por la igualdad de trato y la no discriminación de estos menores migrantes, quienes merecen una atención prioritaria independientemente de su lugar de procedencia.

La Necesidad de una Respuesta Humana y Efectiva

Ante esta situación, la consejera andaluza ha pedido a la ministra del ramo «sensibilidad«, recalcando que «todos son niños«. Esta declaración subraya la importancia de abordar el tema con empatía y de reconocer la vulnerabilidad inherente a la condición de menor migrante, más allá de cualquier consideración política o administrativa.

Es fundamental que las autoridades competentes desarrollen estrategias integrales que garanticen la protección y el bienestar de estos menores migrantes, brindándoles asistencia y oportunidades para su desarrollo y integración en la sociedad de acogida.

La complejidad del fenómeno de la migración de menores exige una respuesta coordinada y multidisciplinar que involucre a diversos actores, incluyendo a las administraciones públicas, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil. Solo a través de un esfuerzo conjunto y una visión holística podremos garantizar que estos niños y jóvenes migrantes reciban el apoyo y la protección que merecen.

En definitiva, el caso de los 454 menores migrantes que han entrado como adultos en Andalucía pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar esta problemática con responsabilidad y compromiso por parte de todas las autoridades competentes. La falta de coordinación y comunicación entre los diferentes niveles de gobierno ha dificultado una respuesta eficaz y ha generado tensiones que dificultan el avance hacia soluciones duraderas.

Es imprescindible que las administraciones públicas trabajen de manera coordinada y transversal para desarrollar políticas y programas que garanticen la protección y el bienestar de estos menores migrantes, reconociendo su vulnerabilidad y brindándoles oportunidades para su desarrollo y plena integración en la sociedad. Solo así podremos avanzar hacia una solución integral y sostenible que honre los derechos y la dignidad de estos niños y jóvenes que buscan un futuro mejor.

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