La industria aeroespacial se encuentra enfrentando una serie de desafíos en cuanto a la entrega de sus aviones más recientes. Tanto Boeing como Airbus, líderes del sector, han tenido que ajustar sus pronósticos y enfrentar retrasos en la producción y entrega de algunos de sus modelos más populares.
Estos contratiempos llegan en un momento crucial para las compañías, que buscan recuperar terreno después de los impactos de la pandemia de COVID-19 en la demanda de viajes aéreos. Sin embargo, problemas en la cadena de suministro y otros factores están obligando a estas empresas a recalibrarse y adaptarse a las nuevas realidades del mercado.
BOEING ENFRENTA RETRASOS EN LA ENTREGA DEL 737 MAX
Boeing ha notificado a algunos de sus clientes del avión 737 MAX que las entregas programadas para 2025 y 2026 sufrirán retrasos adicionales. Esto supone un nuevo desafío para la recuperación de este modelo, que ya se había visto afectado por el incidente del 5 de enero, cuando se desprendió un panel de un 737 MAX de Alaska Airlines, obligando a un aterrizaje forzoso.
Según personas familiarizadas con el asunto, los plazos de entrega se han extendido entre tres y seis meses más. Esta situación se produce justo después de que Boeing anunciara la entrega de 44 aviones comerciales en junio, su mejor cifra desde el incidente de principios de año.
Para hacer frente a estos problemas, Boeing ha ralentizado la producción de sus aviones de la familia 737 por debajo de 38 unidades al mes, con el objetivo de incorporar mejoras en sus sistemas de gestión de calidad y seguridad. «Nos tomaremos el tiempo necesario para reforzar nuestros sistemas y este trabajo nos posicionará para un futuro más sólido y estable», explicó el presidente y consejero delegado de la compañía, Dave Calhoun.
AIRBUS REDUCE SUS PREVISIONES DE ENTREGA PARA 2024
Por su parte, Airbus también ha tenido que ajustar sus objetivos de entrega para los próximos años. Recientemente, la empresa comunicó que rebaja su objetivo de entregas para 2024, con 30 aviones menos de lo inicialmente previsto.
Estos cambios se deben, entre otros motivos, a los problemas en la cadena de suministro que están afectando a la industria. Airbus había anunciado a principios de año que su objetivo era alcanzar las 800 entregas de aviones comerciales a lo largo de 2023, pero ahora ha reducido esa cifra a 770 unidades.
Según la compañía, los problemas afectan principalmente a los motores, aeroestructuras y equipos de cabina, lo que ha obligado a Airbus a aplazar su objetivo de fabricar 75 aviones de la familia A320 al mes desde 2026 hasta 2027.
LA INDUSTRIA SE ADAPTA A LOS NUEVOS RETOS
Los retrasos en las entregas se han convertido en una costumbre dentro del sector aeroespacial, que se enfrenta a una serie de desafíos derivados de la pandemia y de las disrupciones en las cadenas de suministro globales.
Tanto Boeing como Airbus se ven obligados a ajustar sus planes de producción y entrega para adaptarse a estas nuevas realidades. Mientras Boeing trabaja en reforzar sus sistemas de gestión de calidad y seguridad, Airbus se enfrenta a problemas en la cadena de suministro que le obligan a rebajar sus previsiones.
Estos ajustes y retrasos en las entregas suponen un reto importante para las compañías, que deben encontrar el equilibrio entre satisfacer la demanda del mercado y mantener la calidad y seguridad de sus aviones. Sin duda, la industria aeroespacial se encuentra en un momento de transformación, donde la capacidad de adaptación será clave para superar estos desafíos y emerger fortalecida.